México alude a su debilidad petrolera para justificarse ante la OPEP+

La secretaria de Energía, Rocío Nahle, dice en conferencia de prensa que las afectaciones de una reducción para el país son mayores.

México aclaró ayer su compromiso ante la OPEP+ de rebajar su producción petrolera solo en 100,000 barriles diarios y no en los 400,000 propuestos aludiendo a la delicada situación que atraviesa el sector del crudo en el país.
La secretaria de Energía de México, Rocío Nahle, dijo en la conferencia diaria del presidente que las afectaciones de una reducción para el país latinoamericano son mayores “económicamente y técnicamente” dado su bajo volumen de extracción en comparación con los grandes productores.
El cártel petrolero acordó el pasado domingo una reducción de la oferta mundial de 9.7 millones de barriles diarios, de los cuales México tenía que aportar 400 mil. Finalmente solo recortará 100 mil y Estados Unidos ayudará con una reducción extra de 250 mil barriles para cubrir el cupo mexicano, tal y confirmaron este miércoles.
Según el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el país atraviesa un momento de recuperación petrolera después de 14 años consecutivos de caídas en la producción, justo antes del inicio de su mandato en diciembre de 2018.
Progresiva recuperación. López Obrador hizo de la recuperación de la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) uno de los caballos de Troya de su administración, algo que para el economista Ramón Carlos Torres está consiguiendo de momento.
“Esta estrategia petrolera de corto plazo está funcionando”, explicó este miércoles a Efe este investigador en Estudios del Desarrollo en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aunque advirtió de los efectos futuros.
El gobierno, para Torres, está planteando “entrarle fuerte a las energías renovables” en el medio y largo plazo, un plan limpio que debe seguirse de manera adecuada para “dar sentido a haber comprado tiempo a corto plazo” con la apuesta por el crudo.
El Ejecutivo de López Obrador pretende rehabilitar las seis refinerías existentes en México, para lo que el año pasado destinó unos 500 millones de dólares, y está construyendo otra en Dos Bocas, en el centro del país, que tendrá un coste de unos 8,000 millones de dólares.
Mientras, el precio del crudo cayó en picado desde marzo por una falta de entendimiento entre Rusia y Arabia Saudita, solucionada el pasado domingo con el acuerdo de la OPEP+, y por la menor demanda a raíz de la crisis del coronavirus, algo que la Agencia Internacional de la Energia (AIE) espera se extienda a lo largo de todo el año.
El barril de Brent estuvo este miércoles netamente por debajo del listón de los 30 dólares y la mezcla mexicana cerró antier en 15.30 dólares.
Dura negociación. En este contexto, México mantuvo una dura negociación con la OPEP+ para no ver afectados de manera tan drástica sus volúmenes de producción.
Según medios, Nahle llegó incluso a abandonar la reunión telemática del grupo en lo que ella misma calificó como una “negociación tensa”.
“Primero se llegó al acuerdo con el presidente Trump, luego el gobierno ruso aceptó. Donde había un poco de resistencia era en Arabia Saudita, pero al final se portaron muy bien”, detalló López Obrador en apoyo de su secretaria.
Todavía no ha trascendido la contraprestación de México por los 250,000 barriles en los que ayudará Estados Unidos, aunque Trump ya declaró que la ayuda será “reembolsada en el futuro”.
Torres, exdirectivo de Pemex, argumentó que Estados Unidos tenía “un interés apremiante” para evitar el desplome del precio petrolero, ya que es el mayor productor mundial, por lo que en algo propio de un “circo” aceptó cubrir la rebaja de México para que se llegara a un acuerdo.
En cualquier caso, México “está cubierto” contra las rebajas de los precios del petróleo, aseveró Torres, ya que contrató varias coberturas por si había una caída en el mercado del crudo.
Por un lado, López Obrador aseguró que una de esas coberturas cubre el “total” de los ingresos de Hacienda aunque el especialista de la UNAM dudó de la declaración del presidente porque la información específica está clasificada hasta dentro de cinco años.

Texto y foto: EFE

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