México dice finalmente adiós al legendario cantante José José

Miles de mexicanos despidieron ayer a uno de sus ídolos, el cantante José José, tras el ansiado arribo de sus cenizas al país luego de una mediática disputa familiar que finalmente se resolvió desatando este miércoles el fervor de los fanáticos del Príncipe de la canción.

El insigne Palacio de Bellas Artes de la capital, reservado solo para decir adiós a las más grandes personalidades mexicanas, se guarneció de manera espectacular, con alfombra roja, innumerables ramos de flores blancas y música en directo para despedir al legendario cantante fallecido en Miami a los 71 años el 28 de septiembre.

Tras el arribo de los restos ayer en un avión de la Fuerza Aérea al aeropuerto capitalino, a las 10: 45 de la mañana, dio comienzo una ceremonia que, si bien en un principio parecía que iba a ser solemne, acabó siendo una fiesta, un emocionante adiós colectivo al cantante de canciones como “El Triste”.

Las puertas doradas del salón principal del edificio se abrieron de par en par y por ellas salieron dos de los hijos del cantante, José Joel y Marysol, y su exmujer, Anel Noreña, a quienes siguió un imponente ataúd dorado que refulgió en mitad del silencio de los allí presentes.

La Orquesta Sinfónica Nacional abrió la ceremonia con “La nave del olvido”, a la que siguieron temas como “Regálame esta noche” o “El triste”, canción que lanzó a la fama a José José en 1970, cuando era tan solo un joven llamado José Rómulo Sosa.

Anel Noreña, vestida de negro, con la cara blanquecina por el maquillaje y una estilizada melena rubia platino, posó sobre el féretro un micrófono dorado y dos rosas rojas, que permanecieron allí durante toda la ceremonia.

Tras estar de pie alrededor de dos minutos rodeando el ataúd, como acompañando al icónico artista por última vez, los familiares se sentaron en primera fila luego de recibir un estruendoso aplauso y saludar a la alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien fue la siguiente en permanecer quieta junto al ataúd.

A Sheinbaum la siguieron personajes de la farándula mexicana como Lucía Méndez, Dulce, Emmanuel, y amistades de la familia.

De ahí en adelante, con una música incesante, se dio entrada a los miles de fanáticos que hicieron fila durante horas para la despedida.

Si bien estos no pudieron acercarse al ataúd, dieron el toque popular a la ceremonia con vítores como “¡A la bin, a la ban, a la bin, bon, ban, José José ra, ra, ra!” o “Anel, gracias” o “Te queremos José, ¡México te quiere!”.

Además, portaban en sus manos pancartas, discos con la cara del ídolo y, por supuesto, el celular en las manos para inmortalizar el momento.

Aunque empezó como un acto emotivo y respetuoso, los mariachis se encargaron de convertir la ceremonia en una fiesta a golpe de ranchera en la que la gente se mostró feliz de poder decir adiós a un símbolo de México de la forma más mexicana posible.

Adiós en la Basílica. Miles de fanáticos despidieron a su ídolo José José en uno de los recintos religiosos más emblemáticos del país, y donde el fallecido cantante tenía como uno de sus últimos deseos despedirse del “pueblo mexicano”.

José Joel y Marysol Sosa, hijos del cantante, ocuparon la primera fila durante la emotiva misa en este inmensa basílica en la que se reunieron alrededor de cinco mil personas, según cifras aportadas por el propio recinto.

Fuera del edificio quedaron unos centenares de fanáticos que siguieron el emotivo rito, que en su recta final contó con una canción interpretada por la propia Marysol Sosa y también por su hermano José Joel, además de la popular “La Guadalupana”, y acabó sobre las 15;15 horas.

Rodeado de familiares, decenas de amigos del medio artístico y los miles de fanáticos, el féretro dorado con las cenizas del intérprete y una gran imagen del cantante ocupó el centro de la basílica, donde sus seguidores rezaron a Dios por su eterno descanso.

Los admiradores expresaron su agradecimiento por la oportunidad de despedirse del intérprete, entre lágrimas de dolor, pero también de alegría, al gritar consignas como “Sí se pudo” y “José José es de México”, porque temían que el conflicto entre los hijos del artista les impidiera despedirse de sus restos.

Última parada. Las cenizas de José José llegaron al Panteón Francés, donde fueron sepultadas junto a los restos de su madre Margarita Ortiz.

Aunque en un inicio se informó que en el panteón sólo podrían ingresar los familiares, os se confirmó que los medios de comunicación también podrían tener acceso.

La jornada de su despedida en México inició la mañana de ayer en el Palacio de Bellas Artes, para luego visitar la Basílica de Guadalupe y posteriormente la colonia Clavería, donde vivió varios años de su vida.

En el Parque de la China de la colonia Clavería, José Joel, hijo mayor del intérprete, cantó algunas canciones que hicieron famoso a su padre.

Texto y fotos: EFE

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