Por Esteban Cruz
Con la inauguración ayer del estadio “Alfredo Harp Helú” en la capital del país, México tiene ya una nueva joya deportiva para presumir a todo el mundo.
El hecho se puede interpretar hasta que los empresarios le “cumplen” un capricho más al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien está decidido a convertir el béisbol en el deporte nacional. Pero la verdad es que el inmueble se comenzó a construir desde hace dos años.
Sin conocer los detalles de la inversión, porque tampoco nos interesa mucho, lo más importante es que el escenario es digno del equipo más ganador de la pelota de verano: los Diablos Rojos del México, que precisamente son propiedad de don Alfredo Harp Helú.
En los últimos días se han publicado algunos detalles del “Harp Helú” y llama la atención que, tal como se esperaba, es el escenario más funcional para la pelota profesional en este país.
Falta ver, leer o escuchar lo que se diga del terreno de juego, principalmente de parte de los jugadores. Pero es fácil adelantar que le darán el visto bueno.
Por lo pronto hay que preparar las maletas, conseguir el boleto de avión más barato e ir a la Ciudad de México y disfrutar un fin de semana de béisbol en este nuevo escenario, ubicado dentro de las instalaciones del autódromo Hermanos Rodríguez.
Mi recomendación es que lo haga en el fin de Juego de Estrellas, pues el club echará la casa por la ventana y todos disfrutaremos de un gran espectáculo. Allí nos vemos.
