Comenzó la época religiosa más importante para los cristianos en todo el mundo, y los yucatecos, como es su costumbre, se volcaron a los templos para recibir unas pocas cenizas en forma de cruz. Éste es el símbolo de la fe que culmina con el perdón de los pecados, lavados con la sangre de Jesucristo. Se acabó la fiesta, ahora es momento de ayuno, abstinencia y de oración. Es una oportunidad de acercarse a Dios.
Texto: Redacción
Fotos: Amílcar Rodríguez
