Moneros deben ser mejores lectores, exhortan

Conocido como “Rapé”, Rafael Pineda Peña, desde el 2001 capta a diario el humor involuntario de los personajes políticos para plasmarlos en la caricatura periodística.

Acompañado de José Hernández, el creador de Amlito, la caricatura que el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador, utilizó en campaña, en el marco de la FILEY, platicaron a Punto Medio algunas anécdotas inclusive infantiles en las que recuerdan que, en lugar de comprar sus monografías para hacer la tarea de historia, buscaban las revistas o libros de “Rius”, para sacar los datos, copiar los dibujitos y hasta se sacaban “10”. 

Los entrevistados, en actualidad el director de la revista “El Chamuco” y dibujante de la misma respectivamente, platicaron inclusive acerca de los conflictos que han tenido con su trabajo principalmente con Jorge Castañeda y Santiago Creel, polémicos personajes del PAN en el sexenio de Vicente Fox. –Pidieron que me corrieran, pero me fui solito —señaló entre risas, José Hernández, mientras que “Rapé” recordó que Helguera, otro dibujante de “El Chamuco”, tuvo problemas con un político que se enojó porque en una de las caricaturas apareció con el glúteo izquierdo marcado.         

—En la actualidad, ya no es un oficio peligroso ser caricaturista, Carlos Monsivaís, decía que antes era necesario ser muy valiente para criticar al presidente, ahora hay que valiente para defenderlo — señaló Hernández, quien inició en 1994 con esta labor creativa.  —Soy muy malo para las matemáticas, ya perdí la cuenta de los años —dijo el entrevistado, quien inició justamente en el último año del sexenio de Carlos Salinas de Gortari.

Y aunque consideró que la figura presidencial con el paso de los años ha perdido fuerza y poder, sigue siendo un personaje muy importante, y con AMLO otra vez toma más protagonismo.  —Cada presidente ha tenido sus características que nos han permitido hacer caricaturas que recordamos con risa y a veces con llanto —explicó. 

“Rapé”, recordó que existen referentes históricos de la caricatura política desde antes de la época de Da Vinci, y en su caso considera que es su estilo particular acentuar los rasgos físicos de los personajes que dibuja, mientras que a muchos de sus colegas hacen humor a través del texto o conjugando dos situaciones que aparentemente no tienen sentido y que terminan ocasionando gracia.

Ambos artistas coincidieron en recomendar a los jóvenes que desean abrazar esta profesión a que lean y se preparen a conciencia para no solamente dibujar de manera espectacular, sino que también estén preparados para leer entre líneas y ser críticos de la realidad social y política.

—No recuerdo que nos hayan dictado una idea de cartón es un trabajo individual de actor —señaló.

Texto y foto: Manuel Pool

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