¿Navidad natural o artificial?

Por: Mario Ovies Gage

Se acerca la temporada navideña y con ello la decoración de muchos hogares. Por eso me adelanto un poco para todos aquellos que se encuentran con el dilema de si adquirir un arbolito natural o uno artificial.

¿Cuál es la mejor opción? La respuesta es “depende”. Son varios factores los que debemos tomar en cuenta a la hora de elegir, pero lo más probable es que el arbolito natural sea la opción más responsable.

Lo primero que hay que considerar es dónde vivimos. Al estar ubicados tan lejos de los lugares donde estos arbolitos son sembrados, el traslado y por ende el consumo de combustible es mayor que para aquellos que viven en el centro del país. Pero esto también aplica para los arbolitos artificiales, los cuales suelen venir de China.

Lo más responsable es comprar pinos con raíces, pero debido a nuestra posición geográfica es muy difícil mantenerlos vivos, por lo cual esta opción nos queda casi descartada.

Los arbolitos naturales tienen como gran ventaja que durante su vida aportaron a mejorar la calidad de aire. En especial debemos de buscar los que provengan de una producción controlada, ya que el lugar que dejan al ser extraídos es ocupado por uno nuevo para el próximo año.

El punto en contra que pueden tener es en la cuestión del momento de desecharlos. No todos los arbolitos son tratados como deben, y muchos de ellos acaban siendo desechados en las calles o en basureros. Al no ser llevados a un lugar apropiado, estos árboles se descomponen muy lentamente y crean metano, un gas de efecto invernadero.

Por otra parte se encuentran los árboles artificiales, cuyo principal punto a favor es el que se pueden reutilizar, pero el impacto de su producción es mucho mayor al de uno natural.

La Asociación Americana del Árbol de Navidad publicó que en promedio los arbolitos artificiales son reutilizados por 11 años y que el 85% de los hogares en los que se adquirió uno nuevo lo volverán a utilizar el siguiente año.

Para la firma de consultoría ambiental Ellipsos, para que un árbol artificial sea mejor que uno natural tendría que reutilizarse por 20 años. De acuerdo con el estudio, el impacto de un árbol natural es una tercera parte que el de uno artificial.

Hay dos sugerencias para los que quieran disminuir su impacto. La primera opción, y la más fácil, es no adquirir uno. El problema de esta opción, es que muy pocas personas van a optar por renunciar al espíritu navideño, así que para ellos, la segunda opción es la de decorar una planta de la casa. Siembren en el año un arbolito en un gran macetón, y que se vuelva una tradición familiar el decorarlo para las fiestas decembrinas.

Otro camino a seguir es el de volvernos consumidores responsables. Investigar de dónde son los árboles que vamos a comprar, que sean de agricultores mexicanos y que provengan de una comunidad que se dedique a ello. También podemos exigir que no se utilicen pesticidas en su cuidado y que las personas que se encarguen de su cuidado tengan prácticas amigables con el medio.

Y una vez que haya cumplido su propósito, ser responsables al desecharlo. Exigirle a las autoridades que se encarguen de que los árboles sean llevados a un lugar apropiado para que sean reciclados para luego ser composta.

Lo más importante de este tema es que cada día seamos más conscientes del impacto de lo que consumimos, pero como señalan los expertos, ninguno de los dos tipos de arboles navideños tiene un impacto significativo en el medio ambiente. Si en verdad quieres disminuir tu impacto de una manera relevante, no des muchas vueltas en tu vehículo en busca del arbolito perfecto. En pocas palabras, reduce el uso del automóvil.

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