Negociaciones por crisis de Nicaragua avanzan

Las negociaciones entre el Gobierno y la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, para solucionar la crisis de Nicaragua, avanzan ahora bajo la “hoja de ruta” que debe permitir alcanzar acuerdos el 28 de marzo.

La “hoja de ruta”, establecida el martes, en la quinta sesión de las negociaciones, establece las reglas para que las partes alcancen un acuerdo, en un intento por evitar que haya un rompimiento como el que ocurrió en julio pasado, cuando el presidente Daniel Ortega abandonó de forma unilateral el diálogo nacional para detener la crisis.

El principal acuerdo alcanzado en la “hoja de ruta” es el de invitar como testigo y acompañante al cardenal Leopoldo Brenes, miembro de la Iglesia Católica, única institución que goza de la aprobación de actores nacionales e internacionales para mediar en las negociaciones.

Un representante de la Iglesia Evangélica recibió la misma invitación que Brenes, pero no goza del mismo prestigio que la Católica, debido a que sus pastores demostraron indiferencia en la parte más sangrienta de la crisis, contrario a los sacerdotes, que abrieron las puertas de las parroquias a los heridos y arriesgaron sus vidas para evitar muertes, entre abril y julio pasados.

De acuerdo con la “hoja de ruta”, los representantes del Gobierno y de la Alianza se reunirán casi a diario en sesiones de 8 horas, y solamente brindarán información a través de conferencias de prensa previamente convocadas, hasta llegar a un acuerdo, preferiblemente a más tardar dentro de 22 días.

IGLESIA DECIDIRÁ EL VIERNES SI ACEPTA O NO LA INVITACIÓN AL DIÁLOGO

El cardenal Leopoldo Brenes informó ayer miércoles que la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) decidirá el viernes si acepta o no la invitación para participar como “testigo y acompañante” en las negociaciones entre el Gobierno y la oposición, para superar la crisis que afecta al país.

“Lo vamos a valorar en la Conferencia Episcopal el día viernes, y tomar la decisión”, dijo Brenes, al ser consultado por periodistas.

El lunes pasado la CEN anunció que se desligaba de las negociaciones, debido a que ni el Gobierno, ni la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, le habían solicitado su participación, no obstante, el martes las partes propusieron a Brenes actuar como “testigo y acompañante”.

La Iglesia católica ya había actuado como mediadora en el diálogo nacional que se inició en mayo pasado, y que concluyó en julio, cuando grupos oficialistas agredieron físicamente al clero, y luego el presidente Daniel Ortega los acusó de apoyar un supuesto golpe de Estado.

A pesar de que las partes negociadoras enviaron la invitación de Brenes a título personal, el cardenal afirmó que “no soy una persona aislada de Nicaragua, pertenezco a un colegio que se llama Conferencia Episcopal”, por lo que está pendiente de ver si se hará acompañar de otros obispos.

Nicaragua vive una crisis que, desde abril pasado, ha dejado entre 325 y 561 muertos, de 340 a 777 detenidos, cientos de desaparecidos, miles de heridos y decenas de miles en el exilio, según organismos humanitarios.

El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, reconoce 199 muertos y 340 detenidos, a los que llama “terroristas”, “golpistas” o “delincuentes comunes”.
Ortega, que lleva doce años seguidos en el poder, no acepta la responsabilidad de la crisis ni tampoco las acusaciones generalizadas sobre graves abusos de las autoridades contra los manifestantes antigubernamentales y denuncia ser víctima de un intento de “golpe de Estado fallido”.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha denunciado que el Gobierno de Nicaragua ha cometido crímenes “de lesa humanidad”, mientras que en la OEA está en proceso la aplicación de la Carta Democrática Interamericana.

Texto y foto: Agencia

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