Ni idea

Por Carol Santana

Hace unos días, Clueless —o en español, Ni Idea — cumplió 25 años. Escrita y dirigida por Heckerling, Clueless se centra en una bonita, rica y privilegiada estudiante que no tiene más que hacer que emparejar a sus conocidos y crear enredos amorosos y malos entendidos entre ellos.

La película se ha convertido en todo un clásico de culto. No sólo por el humor y el retrato de una época muy distintiva —los 90’s— sino también por que su premisa sigue presente.

A simple vista, Clueless parece ser la historia de una adolescente muy centrada en su propia vida que no capta más allá del daño que sus —si bien no mal intencionadas— pequeñas manipulaciones pueden lograr.

Cher, interpretada por Alicia Silverstone, se convirtió en un icono cinematográfico y en un referente de las chickflicks (un término despectivo para las películas centradas y protagonizadas por mujeres). Y en parte es por su capacidad para crecer y darse cuenta que su realidad privilegiada en donde encasilla a sus compañeros es limitante y peligrosa.

La relevancia de Clueless en el 2020 va más allá de ignorar los estereotipos, si no de cuestionarnos —al igual que Cher— la posición privilegiada que tenemos y cómo podemos usarla en beneficio de otros.

Aunque la película se centra en el pequeño mundo y círculo social de Cher, una preparatoria en California, es una muestra perfecta de cómo nosotros aprendemos a socializar y a normalizar ciertas actitudes que más adelante acabamos reproduciendo en otras estructuras como el trabajo.

Al final, las buenas intenciones de Cher, por muy buenas que sean, siguen siendo tomadas desde el privilegio.

Y por ende, su afán de querer ayudar a los demás acaba siendo una imposición de lo que ella considera correcto o benéfico, sin nunca cuestionarse qué es lo que los demás quieren o necesitan de verdad.

Por esto, Clueless sigue siendo un fiel retrato de nuestra sociedad, en donde —si pensamos en la pandemia— hay medidas que por muy buenas intenciones que tengan, siguen siendo situaciones específicas que sólo “benefician” a una parte de la población y afectan terriblemente a otra, una a la que supuestamente estamos ayudando.

El cambio de Cher sólo ocurre después de que ella se dé cuenta lo despistada —clueless— que había estado al querer imponer sus normas y deseos a otros. Y eso es algo que todavía algunas personas tienen que aprender en pleno 2020 con urgencia.

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