No le crean al Bronco

Si alguien desea conocer el estilo personal de gobernar que nos esperaría con Jaime “El Bronco” Rodríguez -en el muy remoto caso de que fuera electo presidente- no tiene más que asomarse a su última gran traición política.

Usando a su gobernador interino Manuel González como artífice del golpe, relevó el martes de su posición como secretario de Educación Pública en Nuevo León a Arturo Estrada Camargo.
El abogado de profesión, con muy amplio respeto en la comunidad académica universitaria, se enteró por terceros que sería removido, sin que mediara de por medio un anuncio personal, ni del interino ni del Bronco.

Simplemente alguien le hizo saber a Estrada que su posición que venía desempeñando desde 2016, sería ocupada por María de los Ángeles Errisúriz, amiga personal de Narcedalia Rodríguez, hermana de “El Bronco”.

Pero éste fue sólo el último golpe del ahora candidato presidencial sobre la Secretaría de Educación. Ya antes había colocado a Jesús Hernández, su operador financiero para ocupar la administración de esa Secretaría.

Obvia decir que por su dimensión, esa dependencia que maneja los salarios y las prestaciones de 62 mil de maestros, con 21 mil millones de pesos anuales de presupuesto, se convierte en un jugoso botín desde donde se ordeñan recursos públicos bajo la creación de maestros fantasmas.

La entrada de Jesús Hernández, quien incluso opera negocios personales de “El Bronco”, había despertado todo el sospechosismo sobre a quién le dieron la poderosa firma del presupuesto educativo.

Y ahora con la súbita imposición de María de los Ángeles Errisúriz está claro que quienes manejan el mayor presupuesto estatal son solo muy cuestionables amigos del gobernador con sueños de ser presidente de México.

No hay que olvidar que la funcionaria recién nombrada tiene abierto un proceso en el que se investiga el destino de 70 millones de pesos, que serían aplicados al programa Tiempo Total en los días en que ella era Subsecretaria de Educación Básica.

La pregunta que en el medio académico se hacen es, ¿por qué ni “El Bronco” ni Manuel González le corrieron las mínimas cortesías a Arturo Estrada, quien simplemente al enterarse que ya le habían dado el nombramiento a su sucesora abandonó por dignidad su despacho y se ausentó del evento de transición?

Este episodio no es aislado. De hecho es el sello de la casa de un gobernador con licencia que pisotea la dignidad de todos aquellos a los que siente sus súbditos y acaba traicionándolos, sin importar si la causa es justa.

El nombre de Arturo Estada se suma a los de Fernando Elizondo Barragán, Miguel Treviño, Roberto Flores, Julio César Martínez, Alfredo Treviño e Ismael Rodríguez Campos, entre otros, que perteneciendo al círculo íntimo fueron traicionados por el hombre al que ayudaron a convertirse en el primer gobernador independiente de México.

Y eso pinta en toda su dimensión la pobre calidad de ser humano de quien se dice hijo de la cultura del esfuerzo, de madre iletrada y de un humilde campesino de Galeana.

Un malagradecido que va dejando amigos regados como cadáveres políticos a lo largo de su camino como funcionario público. Y así, en esas fachas, aspira a ser presidente de México.

Alguien tendría que ponerle una lupa muy grande a las finanzas de la Secretaría de Educación de Nuevo León.

No vaya a ser que se le antoje meter la mano para financiar, no solo lo que necesita para su actual campaña, sino las deudas que tiene con los que le prestaron fiado para conquistar la gubernatura.

Por Ramón Alberto Garza.
Periodista con más de 40 años de trayectoria. Analista político de Código Magenta. Presidente y director general de Reporte Indigo.

Foto: cortesía

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