No se vale rajarse

Justo el pasado martes 15 de mayo, al conmemorar un aniversario del infame asesinato del periodista Javier Valdez en Culiacán, Sinaloa, asesinaron al periodista Juan Carlos Huerta en Tabasco. Distintas latitudes, pero mismo modo de matar y mismo miedo de seguir adelante con este trabajo. Solo que esta vez no es el mismo repudio público e indignación solidaria del gremio –debería serlo– y todo porque estamos en tiempo de elecciones, lo cual capta y a la vez distrae toda la atención.

Estas condenadas elecciones que, irónicamente, nos tienen consumiendo prensa todo el día, traslapan la noticia de la voz acallada de Huerta, otro periodista muerto que tal vez no genere mayores titulares, pero que debe esclarecerse por completo. Por supuesto, Huerta conoció las cifras que nos colocan como uno de los países más peligrosos para ejercer este oficio, no obstante, siguió adelante.

En todos los ámbitos son tantos los ejemplos de pundonor y lucha, que, por eso, me decepciona enterarme mientras escribo estas líneas, que Margarita Zavala, única mujer en la boleta electoral y primera mujer candidata ciudadana, ha hecho pública su declinación de participar en la contienda electoral. Ha dicho que por “principio de congruencia”.

¿Principio? A poco más de la mitad de la campaña y a 4 días del segundo debate entre candidatos, más bien esta vez significa el final de la representación del género femenino en la elección presidencial, ¡y las boletas tendrán su nombre!

La decisión personal de esa mujer, que decidió meses antes renunciar al partido político de toda su vida con tal de contender, es un inmejorable ejemplo de que también los políticos son tan humanos como cualquiera, con la gran diferencia de que en su actuar, pueden llevarse entre los pies a miles de personas, como los 870 mil firmantes de 21 estados del país –según cifras del Instituto Nacional Electoral (INE)–, quienes le avalaron esta breve y decepcionante aventura.

Podrán hacerse mil conjeturas acerca de los verdaderos motivos del mutis de Margarita, pero yo opino que el partido de su entretela le instó a hacerlo en favor de Ricardo Anaya, aunque no fuera de manera oficial. Finalmente, considero que el peso específico de Zavala en las encuestas no es tan valioso como lo emblemático de estar presente y hacer visible no sólo al género sino a la inconformidad que existe dentro de ciertos partidos cuando incurren en prácticas que se alejan del espíritu y la ideología que les dieron origen.

Cuando uno quiere decir libremente lo que piensa, siempre en el marco de la ley, debe elegir con cuidado cada palabra y frase para no resultar ni ofensivo ni condescendiente.

También es recomendable no escribir alterado, pero esta ocasión debo reconocer que estoy muy molesta, indignada y decepcionada; así tres sentimientos terribles, todo al mismo tiempo y como esto tiene fecha y horario de entrega, no puedo esperar a que se me pase.

Por Carmen Garay

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