No todo tiene que ser feminista

Por Carol Santana

Una de las cosas que suceden al adentrarnos al feminismo, especialmente a las mujeres que empiezan a cuestionar sus roles impuestos por la sociedad, es preguntarse sobre los productos que consumimos.

Y es que una vez con los lentes violetas puestos, es muy difícil no darnos cuenta de todos los micromachismos y los estereotipos que reproducimos en nuestro día a día. Desde canciones, artistas, películas, libros, así como personas a las que seguimos en redes y series de televisión.

Poco a poco comenzamos a desmenuzar todo a través de nuestra visión violeta. Y acabamos decepcionadas de que nuestras cosas favoritas sean productos que no contribuyen a nuestra lucha.

Roxane Gay en su libro Bad Feminist habla un poco de esto, y de lo “mala feminista” que puede resultar al ser fan de series como Outlander. Sin embargo, creo que en realidad nuestras ganas de revolucionar el mundo y por cambiar esta violencia que vivimos todos los días y nos tiene hartas, nos hace olvidar que no todo necesariamente tiene que ser feminista.

Sí, es cierto que con más perspectiva de género creamos un mejor mundo, uno más incluyente y equitativo. Aún así existen ciertos productos, ya sea por la época en la que fueron creados o por la conexión emocional que tenemos con ellos, que no van a la par de nuestras visiones feministas. Disfrutarlos no es un crimen.

Claro, nuestra labor siempre es cuestionar qué papel juegan estos productos en la normalización de la violencia, pero no tiene nada de malo consumir un contenido con ojo crítico y aún así disfrutarlo.

En esta cuarentena he caído en un hoyo negro de dramas coreanos. Desde Boys Over Flowers hasta Cash Landing On You, la violencia simbólica está presente en estas producciones y sin embargo, acabo super picada y emocionada al verlas.

¿Esto quiere decir que voy a ignorar la violencia que se ejerce contra las mujeres en todas las áreas de mi vida? Imposible, primero porque lo vivo y segundo, porque de eso se trata el feminismo, de cuestionar las diferentes opresiones de las cuales son objeto las mujeres.

No está mal ver comedias románticas o telenovelas ni cualquier contenido que por x razón nos parezca atractivo, pero sí es necesario que no perdamos de vista que en el mundo real no podemos normalizar conductas violentas. Se vale disfrutar de algo no feminista, porque no todo lo que consumimos lo es ni lo será. Tratemos de darnos permiso de entender que es un proceso continuo y no hay un comité que nos esté quitando puntos por hacerlo bien o mal.

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