Nutrido cortejo fúnebre para dar el último adiós a maestro fallecido

Deudos, amigos, exalumnos y excompañeros de trabajo se despiden del profesor Luis Vázquez Briceño

OXKUTZCAB.- Deudos, amigos, exalumnos y excompañeros de trabajo acompañaron al profesor Luis Ramón Vázquez Briceño, en su cortejo fúnebre que salió de lo que fue su casa, ubicada en la calle 50 con 55 y 57 al cementerio.

Como se recordará, el profesor de 72 años de edad, murió víctima de las lesiones que presuntamente le causó el abogado Cornelio R. C. con la cacha de un rifle, luego que el ahora fallecido acudió a su despacho y causó destrozos en éste por las largas que le da por un caso legal. La agresión sucedió a finales de enero pasado.

El agresor es colaborador del abanderado priista a la alcaldía Juan Martín Fragoso.

El maestro falleció el pasado 17 de este mes en un hospital de la Ciudad de Mérida.

Los amigos del profesor lamentaron el fallecimiento y esperan que las autoridades apliquen con el rigor de la ley al responsable de las lesiones.

En la última escuela que dio clases fue en la Emiliano Zapata de la colonia Rastro de Oxkutzcab, muy especial para ella, ya que también en ese colegio estudió.

Él fue maestro jubilado del sistema federal, muchos de sus alumnos lo recuerdan con mucho afecto, como un apasionado de la educación.

Varios exalumnos acudieron a darle el último adiós, dieron el pésame a la familia así como desearle una pronta resignación.

El profesor fallecido interpuso una demanda en la Fiscalía de Tekax en contra del abogado Cornelio R. C.

Por cierto, en un acto que se consideró de desesperación, el abogado publicó en su cuenta de una red social que le concedieron el perdón.

Sin embargo, de inmediato fue tundido por la gente, por lo que al resultarle contraproducente optó por borrarlo y señalar que lo hacía por respeto a la memoria del fallecido y su familia.

La funeraria Ramírez fue la que transportó el cuerpo sin vida de Luis Ramón Vázquez Briceño, familiares y amigos muy cercanos fueron los que acompañaron a Ramón hasta su última morada.

Texto y foto: Cortesía

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