Como la ciudad de fantasmas del escritor Juan Rulfo, así se convierte el Huerto del Estado durante las noches.
Desde las 9:00 de la noche el primer cuadro de la ciudad luce semidesértico. El perímetro del primer cuadro de la ciudad ya todos los negocios permanecen cerrados, en el mercado no hay ningún local funcionando. Los parques están vacíos y la actividad registrada en la mañana ha desaparecido. El coronavirus ha hecho que las vidas de miles de habitantes de los municipios cambie drásticamente.
A partir de las 10:30 de la noche ningún vehículo podrá circular y la policía municipal y estatal realizan el patrullaje de las calles de la ciudad.
Los filtros sanitarios de Oxkutzcab permanecerán activos en los 6 puntos de acceso a la ciudad. La Ley Seca de un mes puede orillar a que muchos se arriesguen a vender alcohol de manera clandestina corriendo el riesgo de ser detenidos y pagar una fuerte multa.
Habrá sanciones a quienes violen los horarios de funcionamiento de los comercios y hasta arresto por 36 horas y posibles clausuras temporales y si reinciden podrían ser clausuras definitivas.
Una realidad diferente se está viviendo en Yucatán y que muchos se tendrán que acostumbrar ya que los contagios no bajan.
Texto y foto: Bernardino Paz Celis
