¿Para qué sirve una colonoscopía?

La colonoscopia es un procedimiento utilizado para poder mirar dentro del tejido interno del intestino grueso; de esta manera se puede detectar cualquier anormalidad. Una de sus principales funciones es la de ayudar a diagnosticar o prevenir cáncer de colon.

También es usado para observar si la persona presenta unos bultos llamados pólipos que pueden ser un antecedente de cáncer. Si se detectan, el cirujano puede removerlos fácilmente y así prevenir que evolucionen en cáncer.

¿Cómo se hace?

Para realizarlo es necesario insertar en el recto un tubo flexible e iluminado que contiene una cámara en la punta. Una vez adentro el médico es capaz de ver el interior completo del recto y el colon, de acuerdo con información del Colegio Americano de Cirujanos.

Para la realización de la prueba los intestinos deben encontrarse limpios, es decir, no deben contener restos de alimento ni excremento ya que estos podrían afectar la visibilidad del doctor.

Para lograr esto el paciente debe llevar una dieta líquida a base de caldo, jugos y té de 12 a 24 horas antes del examen o incluso más dependiendo lo que le médico considere adecuado.

La mayoría de médicos harán estas recomendaciones junto con la de no comer nada cuatro horas antes de la prueba. Algunos incluso podrían enviar laxantes para ayudar a la limpieza del intestino.

Al momento de realizarla es probable que se le administren medicamentos vía intravenosa para ayudarlo a relajarse así como un poco de anestesia ya que puede resultar un proceso incómodo.

El procedimiento puede durar de entre 20 y 60 minutos durante los cuales la persona se encuentra acostada de lado y sus signos vitales son monitoreados en todo momento.

El Colegio Estadounidense de Gastroenterología recomienda realizar este examen a personas mayores de 50 años cada diez años.

También se recomiendan como una forma de detección oportuna y monitoreo para personas con antecedentes familiares de cáncer de colon u otros factores de riesgo para este cáncer.

La edad y la periodicidad para personas con factores de riesgo deben ser establecidas por el médico, por lo que si tienes familiares cercanos que hayan desarrollado este cáncer debes consultar con un gastroenterólogo sobre la posibilidad de realizarte este estudio cada determinado tiempo sin importar tu edad.

Esta prueba también se realiza para diagnosticar, o como parte del tratamiento, de otras enfermedades intestinales como enfermedad de Crohn, úlceras pépticas, entre otros.

Texto y foto: Agencias

 

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