Pequeñas grandes obras de Pedro Ramírez Vázquez

En 1944, al año siguiente de haber egresado de Arquitectura de la Academia de San Carlos de la UNAM, Pedro Ramírez Vázquez fue a Tabasco como jefe de zona del recién creado Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE), para encargarse de hacer las aulas escolares.

Las condiciones del lugar le mostraron lo complejo que sería edificar escuelas allí y en otras zonas apartadas del país. “Se da cuenta de que la geografía del país es muy diversa, no hay mano de obra, son campesinos, pescadores, no son albañiles. Entiende que se requiere una solución que se adapte a todos los climas, geografía y condiciones que pueda haber; a la mano de obra, por modesta o impreparada que sea, y que se utilicen materiales locales. Entonces, idea e industrializa la arquitectura, hace una solución: el aula rural prefabricada”, relata Javier Ramírez Campuzano, hijo del arquitecto.

Aunque no fue su primer trabajo, el aula rural prefabricada fue una de las primeras obras que concibió el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, quien nació hace un siglo, el 16 de abril de 1919; el pasado martes 16 de abril también se cumplieron seis años de su muerte. Considerado el padre de la arquitectura moderna en México, Pedro Ramírez Vázquez desarrolló una obra cultural, educativa, residencial, empresarial, deportiva y religiosa. Al lado de magnas obras que son símbolo de México, existen muchas otras, de menores dimensiones, pero de alto impacto.

Su aula rural es un precedente para un tipo de obra arquitectónica que siempre defendió. Hace 10 años, cuando recibió un homenaje en el Museo Nacional de Antropología (edificio de su autoría) dijo que un arquitecto siempre debe servir a la sociedad sin pausas.

Residencias y museos. Fueron más de 50 las casas que Pedro Ramírez Vázquez creó en la Ciudad de México, el país y algunas en el extranjero. No hay fotografías de ellas porque él siempre argumentó que por ser bienes privados no podría guardar esas fotos, relata su hijo.

Cómo se hicieron las escuelas. “Se enviaba la estructura y la armaban campesinos –continúa su relato el hijo del arquitecto—. Todos los elementos pesaban menos de 60 kilos para que pudieran ser transportados, en burro en unos casos, en el caso de Tabasco en cayuco (canoa) y se les daba un instructivo a manera de lego para que pudieran armarla allá”.

Entre 1958 y 1964, con base en ese modelo, se construyeron 21 mil 815 escuelas, pero se calcula que fueron 30 mil en el país; esas aulas se crearon también en 17 países. “Él donó la patente a la Comisión de construcciones escolares de América Latina, que es dependiente de la Unesco”. El diseño fue reconocido con el Gran Premio de la XII Trienal de Milán. En el archivo del arquitecto aún se encuentran históricas fotografías que muestran cómo en Tabasco eran llevabas en cayuco las estructuras para levantar las escuelas.

Texto y foto: El Universal

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.