Persiguen a la Iglesia, denuncia arzobispo

El Arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, aseguró que la Iglesia sufre de persecución en estos días, principalmente por los ataques a la fe y en lugar de derramar la sangre de los fieles, lo que se busca es derramar su autoridad moral, para que no quede nada en ella y se ceda a nuevas costumbres de quienes quieren “modernizar a nuestro México y al mundo”.

En la homilía por la Proclamación de la Apertura del VII Congreso Eucarístico Nacional, Rodríguez Vega dijo que hace 100 años la Iglesia en México sufrió una persecución terrible con un gran derramamiento de sangre, pero ahora la meta es acabar con la fe.

Por ello, dijo, se escogió el mensaje de este Congreso Eucarístico que es “Pueblo de Dios, ¡Levántate y come! El camino es largo”.

Ante unos dos mil fieles de todo el país reunidos en el Polifórum Zamná, entre ellos el arzobispo Piero Marini, presidente del Pontificio Consejo para los Congresos Eucarísticos Internacionales; el arzobispo Franco Coppola, nuncio apostólico en México y el arzobispo Emérito Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, responsable de la Dimensión Episcopal para los Congresos Eucarísticos, el pastor de la Iglesia yucateca señaló que hay que renovar la fe todos los días.

“La Iglesia es perseguida de una manera muy distinta y, más que nada, por la seducción que nos puede atraer y perder la fe. Más que nada por ese cansancio, fatiga, que nos da el sabernos criticados y alejarnos de tantas personas que ya no creen, incluso, muchos de los hijos y jóvenes de los aquí presentes”, lamentó.

Rodríguez Vega dijo que el sacramento de la Eucaristía, que es la consagración del pan y el vino, tiene antecedentes en las Sagradas Escrituras desde los tiempos del Viejo Testamento, ya que hay indicios de ello en el Génesis, cuando el padre Abraham regresa de triunfar en una batalla y lo recibe Melquisedec, un misterioso sacerdote, que en lugar de ofrecer un sacrificio de animales, le ofrece pan y vino.

En el Éxodo, dijo, la referencia es el maná, que es ese pan misterioso con el que Dios alimentó a su pueblo durante 40 años.

“Coman el maná, que es el pan del suelo. No soy yo, es mi Padre el que da el pan del cielo”, les dijo Moisés.

También hay referencia al pan y el vino con el profeta Elías, quien le pide a la viuda que le prepare un pan y cuando ella se niega le dice que lo haga, pues no faltará harina y aceite.

Después el profeta Eliseo multiplicando el pan para mil personas, y por fin en el libro de los Proverbios está el pasaje donde el Señor invita al “pueblo que vengan a comer mi pan y a beber mi vino”.

Rodríguez Vega invitó a los asistentes, también, a no perder el sentido original de la colecta o la ofrenda, que siempre fue para ayudar a los pobres.

El Congreso Eucarístico continuará este sábado y domingo en las instalaciones de la Unidad Deportiva Kukulcán.

Texto y foto: Esteban Cruz Obando

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