Piden acabar con xenofobia a foráneos en Yucatán

En las últimas tres décadas, Mérida dejó de ser una ciudad pequeña de 500 mil habitantes a una urbe de casi un millón de personas debido al aumento de la tasa de natalidad, pero también a causa de la migración de personas de diversas partes de México y del mundo hacia la capital yucateca.

Luis Ramírez Carrillo y Othón Baños Ramírez, académicos de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady) especialistas en ciencias sociales, discutieron sobre el tema en el programa de Primera Línea, que se transmite a través del Facebook Live de Reporteros Hoy.

Ramírez Carrillo recordó que durante 50 años (entre 1920 y 1970) Yucatán perdió población. No fue sino hasta los 70 y 80 que se logró un equilibrio poblacional, pero se recibió más gente a partir de 1990, un proceso que continúa hasta el momento.

El doctor en sociología afirmó que, en comparación con la migración hacia otras partes del país, como Cancún, la migración hacia Mérida es mucho menor, señaló que en la década de 1990 se dio una sensación de “invasión de gente”, aunque Yucatán hasta el 2015 tenía un 94 por ciento de gente nacida en el estado.

Baños Ramírez, en su intervención, expresó que entre 1970 y el año 2000 emigraron 35 mil yucatecos hacia otras partes de la República y el extranjero, cifra que para el nuevo milenio, aumentó a 200 mil. Ese mismo año, se registraron 100 mil personas nacidas fueran que vivían en Yucatán, añadió.

“La migración hacia Quintana Roo se ha reducido, pero la inmigración hacia Yucatán ha aumentado”, reconoció. Para 2020, serían 220 mil personas nacidas fueran del estado que vivirán en la entidad.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), actualmente una tercera parte de los inmigrantes a Yucatán provienen de Quintana Roo, un 13 por ciento son de la Ciudad de México y un tanto igual de Campeche.

El propio alcalde de Mérida, Renán Barrera Concha, ha declarado que cada año llegan entre 25 y 30 mil habitantes a la ciudad.

Sobre la discriminación, racismo y xenofobia, Baños Ramírez señaló que en la última década ha llegado gente “en paquete”, es decir, familias que huyen de la inseguridad de otras entidades.

“Son personas con recursos que compran una vivienda, ponen a sus hijos en colegios particulares y no vienen a competir con empleo o quitar empleo a los yucatecos, sino a generar nuevos puestos laborales”.

“En Mérida no se observa a gente que pida limosna o llene la calle, por el contrario, gracias a la inmigración hay dinamismo en el sector de bienes raíces y el de la construcción”, dijo.

Ramirez Carrillo consideró que la identidad yucateca y regional sí existe, a diferencia de otros estados del país. “Son una media docena de identidades muy marcadas como Jalisco, Nuevo León y zonas de la Ciudad de México”, precisó.

“En la península de Yucatán sí existe esa identidad, en manera de hablar, valores entendidos, relaciones familiares, y una manera de pensar y de ser muy tradicional”, agregó. “Con la llegada de gente de fuera, se contrasta y se generan roces”, reconoció.

El investigador de la Uady concluyó que Yucatán entró a una nueva etapa de la migración, principalmente motivada por la inseguridad en gran parte del país.

Texto y fotos: Acom

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