Pizzería El Tigre: un rugido de sabor

Una de las mejores pizzas de la ciudad se elabora en un modesto local del rumbo de San Sebastián: se trata de la Pizzería El Tigre, que, explicó su propietario Pedro Balam, desde 2009, día tras día se ha labrado un lugar preferente entre el público, no solo de esta parte de la ciudad, sino hasta de distantes colonias y municipios aledaños, que acuden para disfrutar de sus especialidades entre las que se cuenta una de jamón, pierna y doble queso, que está espectacular y que solo cuesta 125 pesos.

Y mientras esperamos que se termine la nuestra, platicamos con Pedro, quien detalló que es originario de Xkalakdzonot, localidad del municipio de Chankom, que está ubicado en el oriente del estado.

“Mi papá es campesino, y yo busque la manera para hacer algo diferente, trabaje en una tienda de abarrotes en Pisté, luego en Valladolid, hasta que llegué a Mérida, aquí, entre a trabajar en una pizzería, barriendo, luego como lavaplatos, poco a poco me dieron la oportunidad de hacerlas, y me gustó, así es que me puse a ahorrar con la ilusión de tener mi local propio para mejorarlas, y aquí estamos”, dijo el buen Pedro, quien junto con su esposa Mireya, comenzaron a trabajar en su negocio que ya va a cumplir 9 años.

“Yo hacía las pizzas y ella cobraba como hasta la fecha, pero entonces, también mesereaba, estábamos en un local que rentaba a unas cuatro casas, siempre de esta calle 81, que no era así como éste, era chiquitito, tenía lugar para dos mesitas, pero poco a poco, apenas se junta un poco de dinero comprábamos algo más, mi primer horno fue de medio uso”, recordó.
Acerca del nombre de la pizzería, Pedro contó que la intención era ponerle su apellido, Balam, que en maya significa jaguar, o tigre, como se le llama a este felino en las comunidades de la región, pero con la finalidad de que sonara mejor, hizo la traducción y le puso “El Tigre”.

En la actualidad, en el local trabajan otros compañeros que trajo de su pueblo natal para enseñarles el trabajo y que le ayuden, como es el caso de Cándido, quien aprendió tan bien su labor en el negocio, que ahora como encargado es quien junto con Pedro está al pendiente de la recepción y el surtido de los pedidos, que la mayor parte de las ocasiones, sobrepasan la capacidad de producción.

Es más, es tanta la preferencia del público, que ni siquiera hay servicio a domicilio. La clientela llama para hacer su pedido y pasa por sus pizzas, y si hay mesas disponibles, allí mismo pueden disfrutar de estas delicias, que se hacen de manera artesanal, y donde parte del secreto es la consistencia y sabor de la salsa, además de mantener la calidad, utilizando insumos de primera, aunque se reduzca la ganancia.

“Tenemos entre 20 a 25 variedades, al pastor; la Súper Tigre 1, que lleva jamón, salami, champiñón, tocino, carne molida de res, cebolla y doble queso, que a la gente le agrada bastante, también hay la Súper Tigre 2”, detalló Pedro, quien orgulloso cuenta que tiene clientela que llega desde Yucalpetén, Umán, San antonio Xluch, Xmatkuil, así como de Altabrisa y de otras colonias del norte de la ciudad.

Ante esto, Pedro ya está juntando sus ahorros para responder a las peticiones de la gente y abrir en Ciudad Caucel o Juan Pablo II, lugares desde donde recibe muchos pedidos. “La gente sabe cómo se lucha por las cosas y lo valoran”, puntualizó.

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