A poco más de un mes de haberse puesto en el ojo del huracán, la Plaza de la Tecnología sigue siendo una cueva de ladrones. Las quejas y señalamientos continúan y la administración poco ha hecho para dar solución a la imagen negativa que sus locatarios le han dado en perjuicio de los usuarios.
La caja de pandora se abrió el pasado 19 de agosto, cuando un compañero de este medio informativo dio detalle del viacrucis que sufrió tras llevar a reparación su teléfono celular, todo esto con pleno conocimiento de la administración. Su respuesta, lavarse las manos.
“Con la mano en la cintura y como si tuvieran un manual para cometer sus fechorías, en la Plaza de la Tecnología laboran de manera organizada y bajo el aparente contubernio con los administradores del sitio, ya que locales en los que ofrecen realizar reparaciones, en muchos de los casos terminan con el cambio de partes de los teléfonos celulares o laptops o inclusive robándose el equipo”, se lee en la nota.
A la distancia, las quejas a través de este medio siguen aumentando. El número es impresionante, ya que el 90 % señala el pésimo servicio que ahí se presta.
Uno de ellos es Alex Vázquez, quien afirma que en la plaza el servicio deja mucho que desear: “Lleve mi celular a reparar y se quedaron con este una semana, me daban largas solo para decirme al final que no tenía reparación y me cobraron 150 por haberlo revisado”, compartió.
O el caso de Enrique Cabrera, quien comentó que una ocasión llevó a mantenimiento 2 periféricos de Xbox con sus respectivos cables USB, pero al devolvérselo estos no se encontraban. “…se hicieron tontos y no me entregaron dichos cables, preferí no seguir peleando”.
También la usuaria Bett Betty Rodríguez escribió: “Tremendos rateros, llevé mi lap porque se he echó a perder el cargador y una pieza de la pantalla me salió carísima”.
Muchos son los comentarios que dan testimonio de lo que ahí ocurre. Algunos se dijeron sorprendidos de que apenas se haya hecho pública la situación. Mientras tanto, la administración de la Plaza ha intentado mejorar su imagen del lugar asegurando que son hechos aislados y pagando notas a modo; pero la molestia sigue y cada día se suman más.
Texto: Jesús Gómez
Foto: Agencia
