¿Por qué HSBC le presta a Pemex?

Por Eduardo Ancona

Durante la semana pasada una de las principales notas difundidas a través de la conferencia de prensa mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador fue la firma de un crédito que el banco HSBC y otros más como JP Morgan ofrecieron a la petrolera mexicana Pemex. Más allá de los detalles que ignoro sobre el refinanciamiento de la deuda de Pemex, el gobierno aprovechó el viaje para enviar un mensaje claro al público mexicano y a los inversionistas: la banca internacional confía en Pemex, la empresa es capaz de obtener un crédito y no es el desastre financiero que la tecnocracia neoliberal (a diferencia de los furibundos marxistas que trabajan en JP Morgan) quiere hacer creer. Esto también buscando reforzar la credibilidad de la empresa y la confianza en su capacidad de construir la refinería de Dos Bocas. Sin embargo, las razones por las que Pemex recibió el refinanciamiento pueden tener otra explicación. Primero debe aclararse de manera preliminar que cualquier país o empresa, por más arruinado e ingobernable, puede recibir un crédito a la tasa de interés proporcional al riesgo de impago. Esto aplica a Pemex y a quien sea.

En enero la agencia calificadora Fitch Ratings publicó una nota sobre la calificación crediticia de Pemex. En ella explica que el perfil crediticio individual de Pemex -aislado de México- tiene una calificación de CCC, esto es “en extremo especulativo y con posibilidad cercana de anunciar una petición de bancarrota, aunque sigue cumpliendo con sus obligaciones”. Fitch reconoce que Pemex es un desastre que ha sido exprimido sin piedad por el fisco mexicano. Sin embargo, al ponérsele junto a la calificación de México -mucho más robusta- la expectativa sobre Pemex se vuelve más positiva: AA, que significa “Capacidad muy fuerte y riesgos muy bajos”. Y esto nos lleva al meollo del asunto y a responder la pregunta que titula este texto.

Fitch reconoce que Pemex es una empresa autónoma del Estado mexicano y que desde una perspectiva legal -o legalista- no hay garantía explicita de que México respalde su deuda. Sin embargo, el razonamiento de la agencia es de realpolitik: pase lo que pase México respaldará a Pemex porque el costo político, social y financiero de que la petrolera deje de pagar su deuda, o peor aún, de que se vaya a la quiebra, es simplemente impensable para México.

Dicho eso, el otorgamiento del crédito a Pemex deja de parecer una muestra de confianza su solidez y solvencia económica, para convertirse, más bien, en un reconocimiento a la absoluta dependencia de las finanzas publicas de México en la flotación de un barco que está haciendo aguas, pero que bajo ninguna circunstancia se puede permitir que naufrague… porque vivimos en él.

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