Por Arturo Platas
Salvo por la salida dramática del Manchester City de Pep Guardiola en los cuartos de final de la Champions League, mi esperanza por ver un choque en la final de dos equipos fundados en el fútbol total aun no muere.
Si bien es una tristeza ver a los Citizens de vuelta a casa, en parte me trae un poco de alegría, ya que el cruce entre el Ajax y el Tottenham beneficia de una manera extraordinaria a los holandeses que si les hubiera tocado al City.
Me he tenido que tragar 3 años consecutivos de finales aburridas, sin propuesta y los únicos momentos destacables fueron resultado de errores o de suerte que aun no existía el VAR.
Pero por un lado tenemos a la primera camada del legado de Johan Cruyff, el Barcelona contra el Liverpool. Si bien el club catalán se ha ido alejando poco a poco de su estilo para acomodarse al resultadísmo bajo el mando de Ernesto Valverde, creo que vienen en una condición favorable y aunque no los veo jugando o proponiendo el fútbol total, harán un papel especulativo para contrarrestar al monstruo que son los Reds de Klopp.
Por el otro lado están los creadores del toque, y movimiento con y sin balón, el Ajax. Al principio puedo sonar como un fanático haciendo la afirmación que pasarán por encima de unos Spurs motivados, pero después de ver la temporada que han ido construyendo los muchachos de Ten Hag, ¿cómo no me voy a emocionar?
Sueño con que los herederos de Cruyff se vean las caras en la final para un capítulo inédito en la historia de ambos clubes. Estas dos semanas serán cruciales para definir dicha final, donde estaré cruzando los dedos.
