Por su gran trabajo y trayectoria en la promoción y conservación de nuestra cultura y tradiciones, esta mañana se entregó en Sesión Solemne de cabildo la medalla Héctor Herrera “Cholo” a la Mtra. Andrea Herrera López.
No hay plazo que no se cumpla y finalmente, en el marco de las actividades correspondientes al Aniversario 479 de la Fundación de la capital Yucateca, se entregó esta presea después de seis meses de haber sido designada recipendaria la maestra Andrea, quien continúa el trabajo de su padre D. Wilbert Herrera en la compañía teatral Titeradas.
En su intervención el alcalde Renán Barrera Concha, destacó la importancia del trabajo de Andrea y de sus títeres, ya que en cada una de sus obras y programas de televisión, dijo, se encuentran representadas la personalidad yucateca, con sus modismos, costumbres y su forma de hablar.
“Esta magia de la representación teatral nos ayuda a ser felices en días tan aciagos como los que ahora estamos viviendo con la pandemia”, recalcó el munícipe quien calificó a la recipendaria como “heredera de la escuela de la yucataneidad de Titeradas”.
En su intervención, la maestra Andrea recordó a sus padres Wilbert y Oldita de quienes junto con sus hermanos Pedro Carlos y Juan Roberto aprendió que el trabajo honesto y hecho con amor es la base de la vida, algo que siempre ha tenido muy en cuenta en todas las cosas que realiza y que ahora se reflejan con la entrega de la medalla Hector Herrera “Cholo”, que recalcó es muy significativa para todos los que hacen teatro regional, para todo aquel que se siente yucateco que ama a Yucatán y para quienes hacen algo, por pequeño que sea para llevar el nombre de nuestro teatro muy en alto.
Y al recordar a las compañías teatrales que nacieron durante el siglo pasado, hizo mención de personajes como los uiniques, el x men, los dzules, el huiro, la x nuc, y el mestizo de ciudad, entre otros.
“Con el paso de los años, este teatro, como nosotros, ha ido cambiando y adaptándose a las épocas, mucho se.ha hablado de un rescate del teatro regional, pero rescate es recobrar por la fuerza o con dinero algo que ha pasado a manos ajenas afortunadamente ese no es nuestro caso, el teatro regional se hace con voces yucatecas, del pueblo, con nuestro acento, el teatro regional es nuestro, siempre lo ha sido y aquí entre nosotros vivirá”, subrayó.
Más adelante Andrea recordó que en el Teatro Pedrito, que cumplirá medio siglo de existencia el próximo año se retrataron a personajes que se volvieron entrañables para muchas familias y que a pesar del tiempo siguen arrancando sonrisas al público.
“Todos hemos visto en algún lugar al niño caprichoso como Totoyo, a la señora mitad yucateca y mitad árabe que se queja del calor pidiendo un poco de talco, y a la Chichi Lochi que nos cuida diciendo siempre: ‘Way, pon tu cubrebocas né’, mientras que en una fiesta seguramente hemos oído la risa de un Butaque, o visto a un enamorado como Chereque y sin lugar a dudas conocemos a una no muy pulida, pero fuerte y poderosa Lela Oxkutzcaba”, detalló la recipendaria quien dijo que para la creación de estos personajes se miraron las cualidades de la gente con dignidad, amor y respeto.
“No cabe duda que conlleva decía mi padre Wilbert Herrera: ‘El trabajo hecho con amor, tiene bellas consecuencias’. Recibo muy honrada esta medalla que lleva el nombre y apellido de un hombre que amó, cuidó y respetó el teatro regional y sabiendo que tengo sobre los hombros un gran compromiso con el público a quien debemos respeto total y gratitud, ya que es por ellas y ellos que hemos sobrevivido a esta distancia involuntaria”, recalcó, no sin antes hacer mención y agradecer a su eterno compañero de “aventuras titiritescas” Ángel Aguilar y hacer un llamado para tejer lazos de camaradería y hermandad con todos que se dedican a esta labor.
“Hoy quiero sacar mi terno bonito y mi cinta colorada hoy para mí, mi familia y mi público, es un día de fiesta, agradezcamos a tantos y tantos que como Don Hector Herrera nos abrieron sac be en este arte único que nos enseña a no dejarnos de las injusticias sociales, a reírnos de nosotros mismos para después bailar de alegría”, concluyó.
