Presidencias estudiantiles, donde se gestan los corruptos del mañana

Bajo el título que antecede estas líneas, recibimos interesante escrito de un estudiante universitario en el que se describen hechos y circunstancias conocidos ya por muchos, pero que no por eso dejan de ser interesantes y sintomáticos de una sociedad en la que, se ha dicho ya muchas veces, la corrupción y la impunidad son moneda corriente.

En este artículo me autodenominaré “X”, por las represalias que puedan tomar los altos cargos contra mi persona en futuros procesos académicos.

 Me visitó “Espíritu Universitario”, colectivo que representan cuatro estudiantes de la Facultad de Medicina Veterinaria (Uady), quienes intentan, a pesar de trabas burocráticas y movimientos abiertamente turbios, contender para una candidatura presidencial, misma que hasta la fecha han regenteado estudiantes que se abren paso apoyados por grupos de poder y federaciones estudiantiles (tales como FNU y FEDY) y que además, en ciertos casos, poseen un trasfondo oscuro en el cual, poniendo un poco de atención, pueden descubrirse las insignias del PRI, el PAN y otros partidos políticos.

Los representantes son Luis Díaz Hernández, Carlos Castro Meza, Iván Chan Aguilar y Jorge Raúl Escobedo, todos estudiantes de Biología. Se ven preocupados, se interrumpen al hablar. Finalmente Luis Díaz toma la palabra, pero intervengo. Le pregunto seriamente a Iván:

–¿Estás coludido o no con Larissa?

La tensión disminuye. Todos reímos. Jorge y Carlos, ahora con los hombros abajo, dan sorbos a una taza con café que acabo de servir. Iván respira y contesta:

–No, claro que no, y es frustrante e incluso doloroso que siendo el único grupo que no es apoyado por las líneas de poder de la universidad –repito NFU , FEDY– nos caiga este rollo encima. Lo que pasó es simple…

Prefiero diluir un poco esta explicación. Es indispensable que antes (y esto lo expongo como estudiante de la misma institución, del mismo campus) comente los antecedentes: Larissa, la actual presidenta, llegó al cargo a través de una dudosa campaña mediática en la que aseguró que saciaría la sed de cerveza de cada alumno de la facultad (vaya, qué maravilla) , que los emborracharía a todos como se merecían (¿qué más puedo pedir?) y que, además, exhortó al estudiantado a expresar su verdadera cultura, la global, la gringa, con un spring break al que todos estaban invitados. Larissa, por supuesto, ganó, y como mencionaron algunos: le quitó la presidencia a otro candidato. En fin, la grandiosa presidenta ahora está implicada en otro aprieto.

Candidatos y facciones

Ahora retomo lo que dijo Iván:

–Es simple: convocaron ayer a los cuatro candidatos. Nos dejaron esperando horas. Después apareció Larissa con un formato en el que esclarecía los lineamientos de la convocatoria.

Luis Díaz le hace un gesto a Iván e interviene:

–Para esto, X, es necesario aclararte algo. Las líneas de poder, las federaciones estudiantiles, están en un conflicto de intereses; no se han puesto de acuerdo y cada una quiere que sus candidatos lleguen a toda costa. Este es un grupo hecho por un consejo, que somos nosotros cuatro. La cara del presidente, o sea, quien llegue al poder, nos tiene sin cuidado porque las decisiones las tomamos unidos. Originalmente yo me lancé pero la actual presidenta, sin previo aviso y a último momento, agregó un requisito a la convocatoria y quedé fuera. Pero como te digo, al lado de mí estaban los cuatro presentes en esta mesa, y cualquiera, cualquiera, cualquiera, podía y puede dar la cara. Nosotros queremos verdaderos cambios en el campus, queremos iniciativas que no sean etílicas y no fomenten fiesta tras fiesta cuando se necesitan libros, limpieza, unificación entre las licenciaturas, cultura. Además tengo que decirte otra cosa, que es indispensable para que entiendas lo que dirá Iván: Hay un estatuto universitario que avala la independencia de la Sociedad de Alumnos, es decir, que no debe de haber ningún control por parte de autoridades universitarias en las elecciones presidenciales. Eso se supone que es la Sociedad de Alumnos: el mecanismo con el cual los alumnos, con independencia, podemos expresarnos y llegar a acuerdos para solucionar necesidades. A lo que voy con esto, y esto te lo digo rápido porque ahora lo va a explicar Iván, es que el control de todo esto lo tiene la presidenta. Iván no podía ni puede hacer nada ante los lineamientos de la convocatoria, es decir, daba lo mismo que firmara en aquel momento o veinte días después. Estaba imposibilitado, atado de manos.

–¿Entonces ella, Larisa, apoya a alguien directamente? –pregunté, a sabiendas de que todos, incluso el director del campus y los funcionarios de la Uady, tienen un candidato predilecto, quien tiene que llegar aunque sea a golpes. De eso se trata el sistema. ¿No lo saben?

–Lo suponemos –dijo Luis.

Un escrutinio amañado

Luis, pienso, tiene razón. Dijo cosas que yo ni sospechaba. Sin embargo, hay algo tan claro como las mañanas o el canto de las aves en el CCBA (Campus de Ciencias Biológicas y Agropecuarias): ¿Es digno que una presidenta que llegó de manera tan perversa puede ser quien dirija las próximas elecciones? Eso es ruin, cruel, corrupto, imaginen a Peña Nieto dirigiendo las elecciones presidenciales.

Al fin Iván puede terminar:

–El director estaba ahí. Nos dijeron que debíamos elegir uno de los dos grupos de directivos impuestos por la presidenta y avalar que su comité, algo así como su gabinete, también estuviera presente en el conteo de votos. A nadie le convenía, menos a nosotros, pero aún así aceptamos. Este grupo de directivos tiene la obligación y el derecho a descontar votos cuando lo consideren “necesario”. Pero yo pensé: tenemos mucha, mucha gente, no importa quiénes sean, vamos a ganar aunque nos quiten votos ilegalmente. Entonces aceptamos. Además había ahí dos candidatos que nunca había visto. Pero en fin, aceptamos, había que elegir un escrutador para el día de las elecciones, yo elegí a Luis –Luis sonríe de oreja a oreja– y un tal Diego Malagón eligió a Ruth.

¿Quién es Ruth? ¿Para qué mencionarla en este artículo? Este es un punto que debo aclarar antes de continuar con el diálogo de Iván. Ruth estudia o estudió en el CCBA, organiza cada año un festival orgiástico que la mitad de los estudiantes no deben recordar por las cantidades descomunales de alcohol que vierten en sus jóvenes hígados ¿De dónde saca el dinero? Aquí una anécdota:

La sombra de papá

Los compañeros de Espíritu Universitario decidieron ir recientemente a una de sus fiestas. En algún momento Ruth se les acercó y sacó a colación el tema de las “elecciones”. Dijo (no puedo ponerlo textualmente porque no estuve ahí) que ella quería contender para la presidencia, pero dado que su padre está vinculado a las altas esferas del PRI, no le convenía. Así que comentó, más o menos así:

–El candidato que yo decida tirar tendrá un buen respaldo monetario. Hará las mejores fiestas, meterá un chingo de chupe. Yo no puedo tirarme porque mi papá trabaja para Peña Nieto.

(Pobrecita, qué lástima.)

 Ruth por lo tanto representa una de las fuentes que, a través de dinero obtenido de partidos políticos, financia campañas estudiantiles.

Continúo con Iván:

–Los administrativos que iban a entrar para hacer este proceso de descontar votos, no me gustaron, como te dije, no le gustaron a nadie. Pero yo ya quería contender. Invertimos un chingo de esfuerzo. Además, iba a ser lo mismo. Larissa, la presidenta, es la encargada de determinar quiénes serán los directivos. Su decisión es inapelable. Larissa se nos acercó al día siguiente y nos dijo que lo que hicimos estuvo mal, que era su convocatoria y que debíamos apegarnos a los lineamientos. Gestionamos un acuerdo: el cincuenta por ciento de las personas que revisarían los votos serían directivos y la otra parte estaría representada por su comité. Nosotros íbamos a decidir si la labor de estos estaba bien, pero tampoco quiso.

–Claro, no le conviene que la desenmascaren –dije.

Con mis condiciones o no compiten

–Para resumirlo, al final la presidenta dijo: Esta es mi convocatoria, y quien no la quiera, pues que no participe. Aquí, el que quiera participar tiene que firmar de una vez. Si no firman no entran y punto.

Los candidatos, dice Iván, se miraron y automáticamente tomaron una postura en contra de la presidenta. Le espetaron que lo que hacía era una falta de respeto, que qué le pasaba, que todos habían hecho trabajos exhaustivos para sus campañas, para sus iniciativas.

Ella respondió:

–Pues, como quieran, si no firman, no son candidatos legales. Así que si no aceptan a mi comité, no entran.

Luis días me corrige.

–No X, los otros contendientes no han hecho trabajos exhaustivos. De hecho, no han hecho nada, y si han hecho algo desconozco qué es. Por el contrario, intentan hacernos ver como los que están implicados en movimientos sucios cuando ellos, que están pagados por federaciones y a la vez por partidos políticos, no plantean iniciativas que salgan del mismo circulo: fiesta-chupe-fiesta-chupe. Este intento por desprestigiarnos lo encabeza particularmente el grupo de la candidata Montserrat Ordóñez.

–Entonces dime, Iván, a los otros, los que pertenecen a los grupos de poder, ¿ por qué no les convenía?

–Es fácil. Larissa pertenece a una línea, los candidatos pertenecen a otra. Hay un conflicto entre ambos. Fue como una declaración de guerra en la que los soldados menos importantes son los propios candidatos. Para resumirlo, yo le pregunté al director: ¿Qué sucede si no estamos de acuerdo con la convocatoria? Y él dijo que nada, que se volvería a hacer el proceso y que Larissa, que es la única que puede, tendría que hacer otra convocatoria, otra vez bajos sus propios parámetros.

–Entonces era algo como el eterno retorno nietzscheano, ¿no? Una vuelta que nunca acaba.

 –Exacto, no había caso. Larissa es la única que puede decidir. Por eso acepté. Lo que yo quiero es contender, realizar las propuestas, mejorar la universidad, mientras que todos, todos los demás, son títeres de un juego oscuro, un juego en el que el único ganador son las líneas de poder, o sea, las federaciones estudiantiles. Somos los únicos que no somos corruptos, los únicos no asociados, los únicos que han hecho un verdadero trabajo por saber las necesidades del campus y nos salen con esto. ¿No es una estupidez?

–Un estupidez total.

Como perros sabuesos

 Aquí terminó el diálogo con Espíritu Universitario. Nos estrechamos las manos y los acompañé a la puerta. Hoy me llamaron para decirme que en la facultad había diez o quince personas manifestándose por los problemas acaecidos en las elecciones.

Además, el equipo de Montserrat Ordóñez aprovechó el intervalo para intensificar la campaña de desprestigio contra Iván. Según las fuentes, la candidata fue de salón en salón dando un discurso sin fundamento en el que intentaba vincular a Iván con Larissa. También estuvieron ahí los representantes de las federaciones estudiantiles, que como sicarios o perros sabuesos intentaron encontrar a Iván para que se arrepintiera por haber aceptado los términos de la presidenta y, así, repetir el proceso. A mi parecer, las presidencias estudiantiles son como maquetas en las que podemos ver, alegóricamente, cómo se gestan los corruptos del mañana.

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