Para nadie es un secreto que la Península de Yucatán concentra el mayor volumen de agua del país, recurso que está en peligro por la presencia de coliformes y productos químicos usados en la agricultura; sin embargo, el escenario se agrava al no existir técnicos especializados en el tratamiento del líquido, según denunció el ingeniero Abar Yerves Maldonado.
—La mayoría de la sociedad no conocemos la importancia del agua porque la tenemos a flor de piedra. Siempre hemos tenido agua y no nos damos cuenta del problema mundial que tenemos respecto al suministro —expuso.
El también representante de la Sociedad Yucateca de Ingeniería Sanitaria y Ambiental recordó que desde hace 30 años el agua del subsuelo tiene coliformes, residuos tóxicos infecciosos, “pero como tenemos agua potable todo el tiempo no nos damos cuenta de que ahí hay una nata que se tiene que atender”.
—Si nuestra fosa séptica, la mayoría diseñada para que en tres años tengamos que sacar los residuos y nunca los sacamos, es porque tiene fugas. Cada quien, muchos dentro de sus casas, sobre todo en nivel centro, está contaminando de manera continua —señaló.
Esto no es lo único, también se encuentra el uso excesivo de productos químicos nocivos y sin una disposición adecuada, desde los aceites hasta los clip de plomo, productos que no se están tratando.
Por lo anterior, el académico consideró que ya no basta con pensar en un tratamiento del agua doméstica, ahora se tiene que ir un poco más allá y tratar todos los productos químicos que se están tirando.
—El seguimiento que se hace es pobre, hay poca gente que se dedique a eso. Cada vez es menor la cantidad de técnicos de las áreas de salud que se dediquen a realizar una revisión adecuada —subrayó.
Por su parte, el presidente del Colegio de Ingenieros Químicos, Alan García Lira, reprochó que la sociedad yucateca se caracterice por el pleno desinterés de atender el problema desde sus hogares.
Indicó que en Mérida se cuenta con una red de agua potable, pero esta es antigua, lo que podría generar problemas que deben ser reportados.
Texto y foto: Jesús Gómez
