Qué es la demencia vascular y cuáles son sus causas

La demencia vascular es un subtipo de demencia o déficit cognitivo que se debe a problemas vasculares, es decir, a alteraciones en las arterias que llevan la sangre al cerebro y el oxígeno a las neuronas (las células del cerebro encargadas de las funciones superiores como el pensamiento, la memoria y el lenguaje).

Es la segunda causa más frecuente de demencia, después de la enfermedad de Alzheimer, y sus síntomas y signos son muchas veces indistinguibles de otros tipos de demencia. Es más frecuente en personas mayores de 65 años y en el sexo masculino. Algunos estudios epidemiológicos indican que en España puede haber cada año unos 50,000 nuevos pacientes y afectar en total hasta a un 10% de la población mayor de 70 años.

Se han descrito distintos patrones o subtipos de demencia vascular, según se deba a un daño crónico de los pequeños vasos (demencia subcortical), al hecho de sufrir pequeños infartos cerebrales repetidos que van anulando la función de zonas del cerebro (demencia multiinfarto), o a haber sufrido un ictus o accidente cerebrovascular (ACV) extenso.

Para explicar el mecanismo de producción de esta enfermedad, un conocido neurólogo la comparaba con lo que ocurre en un huerto: si una de las acequias principales que lleva el agua se obstruye, o varios de los pequeños canales que riegan las plantas no están limpios, el agua no llega correctamente a las hortalizas y estas mueren, de la misma forma que lo hacen las neuronas del cerebro si no tienen un flujo de sangre adecuado. Al morir estas neuronas se produce la falta de funciones cerebrales superiores, es decir, la demencia.

La causa fundamental de estos problemas vasculares de las arterias cerebrales es la arterioesclerosis, proceso por el cual las arterias se van estrechando y volviendo rígidas al formarse en su pared las llamadas placas de ateroma. A su vez, en la formación de estas placas están implicados los llamados factores de riesgo vascular que son fundamentalmente el tabaco, la diabetes, el colesterol, la obesidad y el sedentarismo.

Como en otros tipos de demencias, en la demencia vascular se produce un síndrome de disfunción cerebral crónico, lo que implica regresión y pérdida de las funciones intelectuales. Como consecuencia, se producen los siguientes síntomas característicos de demencia vascular:

Falla el pensamiento abstracto, aparece incapacidad de utilizar la lógica para manejar conceptos y hacer juicios.
Cambia la personalidad (en general acentuándose los rasgos previos).

Texto y foto: Agencia

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