¿Qué está haciendo el super- delegado?

Por Roberto Ojeda

Cuándo Andrés Manuel López Obrador creo la figura de los delegados de Programas de Desarrollo del Gobierno Federal, llamados popularmente como los “superdelegados”, supimos que estas eran figuras políticas de primer nivel que jugarían un papel preponderante en sus respectivos estados. Es más, son conocidos como los segundos gobernadores.

A partir de ese momento, en el imaginario colectivo, Joaquín Díaz Mena se convirtió casi de facto en candidato a gobernador de Morena para el 2024, ya que es claro que por el tienen que pasar todos los programas sociales que otorgará el Presidente de la República, lo que lo hace tener una injerencia de primer nivel.

Sin embargo, hay que precisar que al menos en los primeros meses esta influencia no se ha notado. Por el contrario, sigue a la sombra del gran sol que representa Andrés Manuel López Obrador, y se encuentra empantanado en un pleito de poderes con los liderazgos de Morena en Yucatán, ya que estos últimos (que nunca habían conocido la victoria) probaron el pastel y no quieren repartir los pedazos.

Esto ha generado que aun hoy en día no conozcamos quienes son las cabezas visibles de las delegaciones federales en Yucatán y que Huacho esté en la oscuridad total. Y eso comienza a permear en los actos públicos en los que es invitado.

Incluso, hay sitios en donde ni siquiera se le ha dado la importancia que tiene dentro de los actos protocolarios. Al menos, así ocurrió en la toma de protesta de Raúl Aguilar Baqueiro como presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción el pasado jueves 21 de marzo.

En dicho evento se vio claramente el papel que juegan todos los cabecillas de la vida política yucateca, ya que mientras el gobernador Mauricio Vila Dosal fue la figura central y Renán Barrera fue mencionado de pasada porque estaba en el presidium, Huacho Díaz Mena estaba entre el público esperando su oportunidad para ser nombrado por el maestro de ceremonias o por alguno de los oradores del evento, solo al final el presidente nacional de la CMIC, Eduardo Ramírez Leal, le dedicó un simple “gracias igual al delegado del Gobierno Federal”.

Estoy seguro que después del Censo del Bienestar y cuando comience a fluir el recurso del Gobierno Federal, Joaquín Díaz Mena comenzará a cobrar cada vez mayor relevancia y su capital político comenzará a crecer como la espuma (o al menos eso espero), pero por el momento, su lugar actual en la política yucateca es en una silla entre el público, muy lejos del presidium.

 

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