Por Arturo Pérez
En las últimas dos semanas salieron tres casos que generaron una interrogante sobre las aspiraciones del futbolista mexicano. Carlos Salcedo, Carlos Salcido y Miguel Layún, en todos se cuestiona su arribo a sus nuevos equipos y las razones por la que lo hicieron.
La leyenda rojiblanca sale del retiro y llega a un equipo en el que el descenso es más que un hecho. Él decidió acercarse a un equipo que ha estado en polémica con temas de dobles contratos, el descenso y demás, a mi parecer una mala decisión, era mejor irse a un equipo de la Liga de Ascenso que seguir en la Liga MX con este equipo, o mantenerse retirado. Es entendible que quiera seguir jugando, pero que no lo haga con cualquiera.
A Carlos Salcedo se le crítica por regresar a México, cuando en el Frankfurt su titularidad estaba casi garantizada, pero lo que muchos allegados han dicho es que su vuelta tiene que ver con un tema familiar. Algo totalmente entendible, todos somos humanos, y al final llegó a un equipo competitivo.
En Tigres no es seguro que juegue cada jornada, mientras que en un club como Querétaro su titularidad estaría garantizada.
Por último, Layún, el jugador que después de que sólo logró consolidarse en el Porto, vuelve con Monterrey. Está decisión es la más incomprendida de todas, podía seguir en Europa en algún equipo de categoría similar, pero parece que sus aspiraciones se acabaron, así como las de Carlos Vela y los Dos Santos. Un problema frecuente en el futbolista mexicano.
