Reconocen al estado por mantener la paz y armonía

Yucatán es un ejemplo de que la sociedad civil y las autoridades pueden intercambiar opiniones y conocimientos para trabajar juntos en la construcción de la paz, afirmó la activista estadounidense, Jody Williams, luego de su participación en la edición 17 de la Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz.
La galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1997 destacó el trabajo que se ha estado realizando juntos, sociedad y gobierno, para mantener al estado como un lugar donde prevalezca la armonía y la tranquilidad.

“No es un milagro que se viva así, es muestra de que la sociedad civil y la gente con poder pueden trabajar en conjunto, porque el poder de un político viene de las personas y cuando ambos pueden trabajar juntos es cuando se puede vivir en paz”, aseveró.

Sobre la Cumbre Mundial de los Premios Nobel de la Paz, Williams destacó el maravilloso recibimiento y el gran evento que Vila Dosal y su equipo de trabajo prepararon para los 4 días de este encuentro, lo que demostró su compromiso de hacer de Yucatán un lugar más competitivo.

Indicó que, a pesar de haber vivido en México años atrás, no había tenido la oportunidad de visitar la Península de Yucatán, región que considera se puede convertir en modelo en muchos temas como el cuidado del medio ambiente, por lo que se dijo contenta de haber compartido este foro con grandes personalidades y expertos de los derechos humanos y la construcción de la paz.

“En estos días he podido platicar mucho con su gente sobre diferentes formas de conservar el medio ambiente y me he dado cuenta de que Yucatán da muestra de que cuando se puede trabajar juntos es posible vivir en paz”, señaló.

En ese sentido, la laureada estadounidense afirmó que de su estancia en Yucatán se lleva mucho conocimiento y nuevas experiencias, pues durante estos días tuvo la oportunidad de estar en contacto con mucha gente interesante, con quienes dialogó y se relacionó de maravilla, pero sobre todo de quienes aprendió mucho.

Jody Williams recibió el Premio Nobel de la Paz 1997, junto a la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Terrestres (ICBL, por sus siglas en inglés), por su trabajo para la prohibición y desmonte de minas antipersona.

En representación del Instituto de Derecho Internacional, Marcelo Kohen agradeció al Gobierno del Estado y el pueblo de Yucatán la excelente acogida que recibió durante este evento, el cual se vio marcado por el interés de aportar a la paz desde el ámbito personal de los asistentes.

Texto y foto: Cortesía

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