Recuerdos y relatos de Sitpach

Una invaluable aportación cultural es la que respecto a la comisaría meridana de Sitpach realizó el señor Humberto Cen Cen, quien en 2015, con ayuda del Sr. Alberto Rissueño, logró editar un libro que de manera inicial escribió a puño y letra durante tres años.

De la obra “Sitpach Yucatán, origen, historia, leyendas y más desde mi memoria” se imprimieron varios ejemplares, pero en la actualidad solo se conserva uno en la biblioteca ubicada en el edificio de la comisaría municipal, donde la encargada del lugar, Martha Marta Beatriz Chan, nos platicó más detalles acerca de don Humberto, quien este próximo 25 de marzo cumplirá 90 años de edad.

Es muy interesante conocer la manera en la que a detalle cuenta cómo, al igual que la mayoría de los habitantes de esta localidad, llevaba sobre el lomo de mulas o en su espalda sus cosechas y hasta carbón para vender en Mérida, así como la manera en la que el atole era considerada parte importante de la alimentación de las madres que amamantaban y también para los niños.

En la década de los treintas, en Sitpach solo existía la escuela David Vivas Romero, que era una casa de paja que se encontraba a lado de la casa de D. Paulino Quijano. En esa época, la manera de pensar de la gente era que un hijo de campesino, como era el caso de “Humbertico” –como le llamaba la maestra María Inés Villalobos–, no tenía más futuro que dedicarse al campo y que no podía aspirar a más.

Humberto se dedicó al cultivo de la tierra y la crianza de cerdos y carneros, pero también aprendió la sastrería, y hasta logró ser comisario municipal, a partir del 30 de noviembre de 1959. Durante su gestión se logró construir la carretera a Cholul y la compra de los terrenos de la Hacienda Kankabchén de Casares para dotar de terrenos a la comunidad y que siguiera creciendo.

Es precisamente el tema de la tenencia de la tierra la que ocasionó en Sitpach muchas injusticias y atropellos desde tiempos de la dictadura de Porfirio Díaz, la autoridad recaía en Moisés Alcocer, a quien recuerdan como de mano dura y de estricta prepotencia, según don Humberto, se apropiaba de los terrenos de la gente humilde a cambio de favores, especialmente a quienes estaban por morir, para luego apropiarse de su patrimonio. “Permitía que amigos y familiares de solvencia económica compraran los terrenos pagando precios ‘como si fuera una limosna’, al grado que en un momento dado el 75 por ciento de la superficie de Sitpach era de terratenientes”, escribió.

En esta obra, en la que se aportan interesantes datos sobre ésta comisaría, que por decreto a partir del 2 de febrero de 1932 dejo de ser parte del municipio de Conkal, el autor incluso narra algunas historias fantásticas contadas por familiares y amigos acerca de visiones de extrañas luces sobre el cenote Xpuchil; de la manera en la que se requirió de que buzos de Progreso rescataran el cuerpo sin vida de un joven en este mismo lugar, y la forma en la que su madre ayudó a otra vecina cuando era perseguida por una terrible serpiente de las conocidas como chay kaan o “chicoteras”.
Valdría la pena que este libro se pueda editar en PDF y que esté a disposición del público en las bibliotecas municipal.

Texto y foto: Manuel Pool M.

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