Rememorarán al gran pintor Alberto Gironella

Esperpéntico, surrealista y novohispano, son tres de las facetas íntimamente ligadas en la personalidad del pintor Alberto Gironella, y ese fue el título que eligió el profesor Esteban García Brosseau, para la charla que en el marco del Programa Mensual Punto de Encuentro, ofrecerá este jueves en el Cevidi La Ruptura del Museo Fernando García Ponce.

En amena charla vía telefónica, el profesor en el Posgrado en Historia del Arte de la UNAM recordó que el pasado 2 de agosto se cumplieron 20 años del fallecimiento del que fuera uno de los exponentes más importantes del Movimiento de la “Ruptura”, considerado de esta manera, por oponerse a los cánones estéticos impuestos por la Escuela Mexicana de Pintura para dar libre curso a su creatividad.

“Él nació el 26 de septiembre de 1926, era de padre catalán y madre yucateca, por eso es de mucha importancia que se realice en Mérida esta conferencia”, dijo el entrevistado, quien considera que en la obra de Gironella se forma la realidad como si se viera en un espejo, sacándole su lado oscuro y grotesco, razón por la que lo califica como “esperpéntico”.

También tiene una relación con el surrealismo, ya que viajó a España y Francia, donde André Breton, quien es considerado como el jefe de este movimiento artístico escribió “Gironella es admirable” en el libro de oro de la Galería Belchasse, en París, donde tuvo lugar la exposición Muerte y transfiguración de la Reyna Mariana, en 1962.

Pero, si Gironella cultivó esta relación con el surrealismo, decía, al mismo tiempo, que lo suyo venía de más lejos, ya que se consideraba como un pintor “barroco”. Esto último resulta evidente en su obsesión por la pintura de Velázquez y de El Greco, mientras que su forma de copiar, apropiándoselas, las obras de estos, y otros, pintores españoles, se puede poner en paralelo con el oficio de los artistas novohispanos, quienes frecuentemente realizaban sus obras a partir de grabados venidos de Europa, con diversos grados de fidelidad.

En la charla que ofrecerá este jueves a partir de las siete de la noche, el maestro García Brosseau, quien por cierto es hijo del maestro Fernando García Ponce, recordará como en 1963, Gironella participó en la polémica obra de teatro “La Ópera del Orden”, de Alejandro Jodorovsky, un escritor que se caracterizaba por atacar a la moral y los valores que en aquellos años giraban en torno a la religión.

Además de que realizó la escenografía, apareció vestido como un monje Capuchino, lo que no le gustó mucho a su padre, el dueño de la fábrica de refrescos “Sidral Mundet”, quien a raíz de esta acción en la que confrontaba a la sociedad, lo desheredó.

“Esa era su personalidad, aunque era también de izquierda, de la que no estaba alineada con José Stalin, no dudó en ir en contra de las ideologías de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, que plasmaban en el muralismo temas nacionalistas”, explica el especialista en historia del arte, quien refiere la admiración que sentía Gironella por Zapata, a quien plasmó en un cuadro que decoró con numerosas tapitas de refresco que decía representaban las huellas de balazos y además de latas de queso holandés y de otros productos con los que sentía mucha familiaridad debido a que su padre era propietario de una tienda de abarrotes y ultramarinos.

Texto y foto: Manuel Pool Moguel

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