Covid-19 transforma la tradición del miércoles de ceniza

La imposición de las cenizas ha cambiado debido a la crisis sanitaria y no se realiza la tradicional cruz en la frente

El papa Francisco celebró ayer la misa del Miércoles de Ceniza, que inicia el periodo de cuaresma para los católicos, en la basílica de San Pedro, en lugar de la celebración y tradicional procesión en la colina del Aventino debido a la pandemia, y no realizó la cruz en la frente sino que colocó la ceniza en la cabeza de los feligreses.

Durante su homilía el papa invitó a los fieles a que este tiempo de cuaresma, que precede a la Semana Santa, sirva para “verificar las sendas que estamos recorriendo, para volver a encontrar el camino de regreso a casa para redescubrir el vínculo fundamental con Dios”.

“¿Cuántas veces, ocupados o indiferentes, le hemos dicho: “Señor, volveré a Ti después? Hoy no puedo, pero mañana empezaré a rezar y a hacer algo por los demás”. Ahora Dios llama a nuestro corazón. En la vida tendremos siempre cosas que hacer y excusas para dar, pero ahora es tiempo de regresar a Dios”, dijo Francisco ante un centenar de fieles.

También observó que “la cuaresma no es una recolección de pequeños sacrificios, si no es discernir hacia dónde está orientado el corazón. Preguntémonos: ¿Hacia dónde me lleva el navegador de mi vida, hacia Dios o hacia mi yo?”.

“Todos tenemos enfermedades espirituales” pero que “solos no podemos curarlas. Todos tenemos vicios arraigados, solos no podemos extirparlos; todos tenemos miedos que nos paralizan, solos no podemos vencerlos”, añadió.

“Hoy bajamos la cabeza para recibir las cenizas. Cuando acabe la cuaresma nos inclinaremos aún más para lavar los pies de los hermanos”, instó.

Como había comunicado el Vaticano, el rito de la imposición de las cenizas ha cambiado debido a la pandemia y no se realizó la tradicional cruz en la frente.

Por ello, Francisco se adecuó a este cambio y, como estaba previsto, dejó caer ceniza en la cabeza de los pocos fieles que asistieron.

Debido a la pandemia, el papa no pudo celebrar, como es tradición, la procesión desde la iglesia romana de San Anselmo a la cercana basílica de Santa Sabina, en la colina romana del Aventino.

Además, tampoco le será posible realizar los Ejercicios Espirituales que celebraba junto con la Curia romana en la Casa Divino Maestro de Ariccia, a las afueras de Roma.

Católicos de Nicaragua celebran sin su máximo símbolo

Los católicos de Nicaragua celebraron el Miércoles de Ceniza sin su máximo símbolo, como es la marca de la cruz en la frente que establece el inicio del tiempo de Cuaresma, debido a la pandemia del covid-19.

Por primera vez en la historia reciente de Nicaragua, un país de mayoría católica, las frentes marcadas con cruces de ceniza no predominaron en las calles y en su lugar fue más común ver cabezas manchadas de gris, ya que las cenizas fueron esparcidas sobre las cabezas de los creyentes, por orientación de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, con sede en Roma, para prevenir contagios.

El obispo de la diócesis nicaragüense de Granada (sureste), Jorge Solórzano, alentó a sus fieles frente a la novedad. “¡Ánimos! Es una aventura preciosa que merece la pena vivir. Déjate sorprender por Dios en este tiempo de búsqueda y preparación. De todo corazón, ¡feliz Cuaresma!”, dijo.

Por su parte, el rector de la Catedral de Managua, Luis Herrera, llamó a los feligreses a “buscar una auténtica conversión del corazón”, e hizo énfasis en el ayuno, la oración y la caridad, “especialmente con el necesitado”.

Los fieles acudieron a los sacerdotes para recibir las cenizas sobre sus cabezas, pero otros, como en la parroquia Jesús de la Divina Misericordia, en el sur de Managua, esperaron en sus lugares mientras el sacerdote Leonel Alfaro pasaba por cada uno de ellos haciendo el nuevo ritual.

guatemaltecos cumplen con la tradición con sana distancia

Miles de fieles católicos guatemaltecos adoptaron ayer la sana distancia para cumplir con la tradición del Miércoles de Ceniza, en el inicio de la Cuaresma, debido a la pandemia.

A primera hora del miércoles, en la Iglesia del Calvario, una de las más antiguas de la capital guatemalteca, erigida en el siglo XVIII, se celebró una misa inaugural con cupo reducido, lo que provocó que decenas de fieles permanecieran en las afueras, a la espera de recibir el mensaje y el polvo de las palmas calcinadas el domingo anterior.

No hubo marcas en las frentes en esta ocasión, sino una pizca de ceniza que lanzaron los religiosos a los feligreses en las iglesias, con ceremonias que guardaron los protocolos sanitarios, como la reducción de los aforos, el uso estricto de la mascarilla y el alcohol en gel.

iglesia colombiana modifica el rito

La Iglesia Católica de Colombia tuvo que adaptar la celebración del Miércoles de Ceniza a las restricciones impuestas por la pandemia, con lo cual son los propios feligreses quienes se ponen la cruz en la frente, en vez de recibirla del sacerdote.

Texto y foto: Efe

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