Romper el pacto

RENÉ EMIR BUENFIL VIERA
psicrenebuenfil@gmail.com

Como hombres nos conviene que deje de haber acoso callejero, nos beneficia la igualdad de salarios entre hombres y mujeres, nos favorece que deje de haber feminicidios, nos ayuda abandonar los pensamientos y acciones machistas, dejar de recorrer el camino hacia dinamitar el amor propio de las mujeres, destrozar su autoestima, desaparecer su autoconfianza y provocar que odien sus cuerpos y no se acepten a sí mismas.

Tenemos que abrir los ojos hacia lo problemático de seguir cerrando filas para proteger a los machos alfa, esos que están en la cima de la pirámide del privilegio masculino echando a perder las cosas.

Ya sé que los hombres machistas no van a romper el pacto patriarcal, por eso nos toca a todos los que según esto no somos así, que repetimos hasta el cansancio que no todos somos iguales, los que violentamos en menor medida (está muy difícil no violentar nunca a ninguna mujer en esta estructura social mexicana), a esos que nos inventamos que hay machismos micros, que somos inocentes como Pepe el Toro, que somos testigos silenciosos y por tanto cómplices de que otros hombres se expresan con desprecio de las mujeres, las vuelvan protagonistas de todo su humor misógino, las insultan, toquetean, abusan o violan en nuestra presencia o que sabemos o sospechamos que lo hacen y elegimos callar, tenemos que pasar a la denuncia pública, al posicionamiento político y a la lucha por la equidad.

No, no todas las violencias son violencias de género, de esas otras luego vemos, primero pongámonos los lentes del enfoque de género para reconocer este tipo de violencia contra las mujeres y poder colaborar activamente en que sea erradicada, se llama ponerse del lado correcto de la historia, y si muchos ya estamos ahí o por lo menos eso creemos, tenemos que seguir avanzando.

Esta es una apuesta que requiere ceder el poder que nos da el privilegio masculino (que si no lo vemos, será difícil renunciar a él) a favor del empoderamiento femenino, y sí, siento que esto puede ser como una camisa de once varas, ya que es algo incómodo, pero la justicia social que nos lleva a escoger bien nuestras batallas también nos motiva a seguir encontrando masculinidades con las que nos sintamos más libres de ser quienes queremos ser, y a unirnos con hombres que piensan como nosotros, y dejar de sentir que le debemos algo a esos machos alfa por mantener el status quo que nos facilita la vida por el simple hecho de tener pene, es hora de dejar atrás el miedo de enfrentarse a los bullys que nos rodean y ser sinceros en lo que creemos que está mal, renunciar a la sonrisa hipócrita que da a entender que estás de acuerdo y decir lo que piensas, que esas ideas retrógradas ya no tienen cabida en el mundo de hoy.

Romper el pacto patriarcal requiere la construcción de nuevos pactos con todas esas personas que no son machos alfa, que están dispuestas a trabajar por un mundo mejor, que desean que todas las voces sean escuchadas, que ven la diversidad como fuente de riqueza.

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