Rosario Robles vive crónica de un arresto anunciado

Las últimas horas de libertad de Rosario Robles las pasó entre sus abogados, papeles y un juez que no escuchó su ruego de no someterla a prisión.

La audiencia de vinculación a proceso en la que la defensa de la extitular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) presentaría las pruebas a su favor, estaba programada para anteayer a las 18:00 en el Reclusorio Sur.

Desde una hora antes, la ex funcionaria arribó al lugar en una camioneta BMW azul marino y vestida de blanco con una mascada roja que adornaba su cuello.

—Estoy aquí, antes de las 6 de la tarde, para presentar la defensa para demostrar mi inocencia y confío plenamente en la autonomía del poder judicial, por eso estoy aquí —señaló.

Al inicio de la diligencia la defensa aseguró que en dos ocasiones la FGR rechazó recibir los datos de prueba que reunieron durante el fin de semana.

La FGR argumentó que “desconocían” que recibirían datos de prueba, a pesar de que desde el jueves de la semana pasada los abogados de Robles anunciaron que lo harían.

Al considerar el volumen de la documentación que presentaron los abogados de Robles, los fiscales solicitaron un receso de una hora y el juez de control Felipe de Jesús Delgadillo Padierna aprovechó el momento para reprenderlos.

Al regresar a la sala de audiencias, el abogado Óscar Rogelio Ramírez Santiago enunció los 32 datos de prueba a favor de Rosario Robles.

La FGR logró que el juez desechara dos testimoniales y una pericial de la defensa.

—Es un acto de cinismo decir que ella no era responsable porque los dictámenes fueron emitidos fuera de su esfera jurídica porque ya no era servidora pública —calificó el juzgador.

En la diligencia la ex secretaria de Estado sí notificó directamente a Peña Nieto las observaciones de la ASF a través de la “línea roja”.

Texto y foto: El Universal

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