Por Arturo Pérez
El día de ayer Chivas comunicó que Saturnino Cardozo dejaba la dirección técnica después de un “exhaustivo análisis” sobre la situación actual del Rebaño, la cual según ellos, no correspondía al “nivel que tiene la plantilla” y que para estas alturas del campeonato deberían estar en sitios más altos. Tengo que reconocerle algo a la directiva, creo que es la primera vez en mucho tiempo que de verdad aciertan en algo, aunque no del todo. ¿Contradictorio? Definitivamente.
El puesto en el que se encuentra el plantel rojiblanco no corresponde al nivel de la plantilla, están en el puesto once con 15 unidades y fuera de liguilla, de momento, sin embargo, el torneo no ha terminado aún. Ese es el único pero que le pongo a su decisión. Cardozo podía meter al equipo a Liguilla, de eso no tengo dudas, si al final de temporada no lo lograban obviamente tenían que despedirlo.
Ahora con su despido es incierto si el equipo alcanzará a clasificar a la “Fiesta Grande”. Por que seamos francos, este plantel no da para estar compitiendo en los primeros planos, pero si por los últimos boletos a la liguilla. Solo que esta decisión que toma la directiva es por una situación, el descenso. Solo queda un año más de no descenso y Chivas está entrando una vez más en este problema. Todos piden el regreso de Almeyda, pero lo único de lo que estoy seguro es que si no apuesta por un proyecto sólido como lo ha hecho el América seguirán en estas altas y bajas hasta que desciendan.
