Sector de la construcción cerraría el 2020 con cifras devastadoras

Las expectativas que tenían para este año se desvanecieron debido al impacto de la crisis actual, la recesión económica mundial, los recortes del gasto público y la inestabilidad de los mercados financieros

Debido al impacto económico provocado por la pandemia de COVID-19, la industria de la construcción podría cerrar el 2020 con un decremento del 7% anual, que es una cifra “devastadora” tomando en cuenta que ya venían arrastrando las secuelas del 2019, según señalaron empresarios del ramo que forman parte de la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción (CMIC) en Yucatán. 

Esta caída equivaldría a una reducción de 119 mil 891 millones de pesos en la facturación anual respecto a 2019. 

El presidente de este organismo empresarial, Raúl Aguilar Baqueiro, manifestó que las expectativas que tenían para este año se desvanecieron, debido al impacto de la crisis actual, la recesión económica mundial, los recortes del gasto público y la inestabilidad de los mercados financieros. 

“Desde 2019 el sector ya registraba una caída en la actividad, y ahora, con la reducción del presupuesto para el 2021, la situación se complica aún más, pues se traduce a 400 millones menos para obra pública, un panorama difícil para los empresarios del ramo”, expresó.

Cabe destacar que el 20% de la producción en la industria depende de la obra pública, por lo que los empresarios de la construcción estarán más concentrados en realizar proyectos privados, aunque sean pequeños. 

“El presupuesto del próximo año ha generado incertidumbre, así como la llegada inversión privada, considerando que el 80% de ese sector depende de ésta; sin embargo, el otro 20% también nos preocupa, pues desde el año pasado se había despotencializado la inversión en ese rubro”, reconoció. 

El dirigente señaló que lo único que les queda es buscar mecanismos para poder fomentar la inversión privada, que permita trasladar las economías a la inversión de obra pública. 

Asimismo, recordó que desde junio pasado que se dio la reactivación de este sector se han podido recuperar el 60% de empleos perdidos, por lo que el reto será el 40% restante, que dependerá del trabajo en conjunto que realice el sector privado con el gobierno para que se dé la inversión en la obra pública. 

Durante la videoconferencia, el presidente nacional de la CMIC, Eduardo Ramírez Leal, dio a conocer que la industria cerrará este año con cifras demoledoras, de menos 15% en la producción, la segunda más grande desde que se tienen registros.   

“Para el 2020 se espera que el Producto Interno Bruto (PIB) registre un decrecimiento de menos 15%, y para el 2021 se espera una recuperación del 3.5%”, destacó.

El líder nacional de la CMIC indicó que de los 500 mil empleos que se perdieron, a partir de junio que se dio la reactivación de esta actividad, se han recuperado 300 mil, por lo que el año terminará con menos de 200 mil plazas laborales en la industria. 

De igual forma destacó que la gran mayoría de los que integran esta cámara son micro, pequeñas y medianas empresas (pymes), que son las que se han visto más afectadas por la contingencia sanitaria, ya que no tuvieron apoyo financiero y oportuno para poder sostener a sus trabajadores, por lo que era imposible que no se dieran estos despidos. 

El presidente nacional de este organismo explicó que si bien en agosto y septiembre esta actividad registró un repunte, este fue incipiente, comparado con las cifras del año pasado. 

“La expectativa para el 2021 es lograr un crecimiento económico, lograr la generación de empleos, y para ello se requiere reactivar cadenas productivas, pues 3 de cada 10 actividades económicas en el mundo, se activan por la industria de la construcción”, aseveró.

Mencionó que a esta problemática de salud y reducción de los presupuestos se suma el hecho de que los recursos que están autorizados por la federación para obra pública, no se están aplicando en tiempo y forma, lo que afecta gravemente a este sector. 

Ramírez Leal resaltó que el presupuesto de obra pública para el siguiente año es mayor a la que se tuvo en el 2019; sin embargo, el 55% de estos recursos se concentran en dos estados: Campeche y Tabasco, dejando en rezago en materia de infraestructura a las demás entidades de la república. 

Otro problema al que se han tenido que enfrentar los empresarios de este ramo es a la corrupción que prevalece en el gobierno federal, pues México obtuvo una calificación de 29 puntos, y ocupa la posición 130 de 180 países evaluados por transparencia a nivel internacional. 

Por último, lamentó que parte de este presupuesto se haya adjudicado de manera directa a dependencias como la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y a Petróleos Mexicanos (Pemex) para que realicen diversas obras como la construcción de hospitales, dejando afuera a este sector. 

Texto: Georgina Bacelis
Fotos: Cortesía

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