Integrantes de todos los cuerpos de seguridad, Policías Federal, Estatal y Municipal, Protección Civil, bomberos y paramédicos participan en el simulacro de un operativo ante una amenaza de bomba
Elementos del 20 regimiento de caballería motorizada de la 32 Zona Militar, fueron alertados por el alcalde de Valladolid Enrique Ayora Sosa, quien fue notificado mediante una llamada anónima que miembros de la guerrilla habían sembrado una bomba y que estallaría antes del mediodía del martes.
Integrantes de todos los cuerpos de seguridad, Policía Federal, Estatal, SSP, Municipal, Protección Civil, bomberos y paramédicos, acordonaron la zona para que los elementos de las Fuerzas Especiales de la Sedena se dieran a la tarea de buscar el artefacto explosivo en el edificio ubicado en la calle 40 por 39 y 41.
Cabe mencionar que el vocero del Ayuntamiento, Félix Canul, declaró que “cuando el señor presidente municipal recibió la llamada de los grupos guerrilleros, advirtiéndole de la bomba sembrada en palacio municipal, inmediatamente Ayora Sosa dio la orden que todos los empleados y presentes en el palacio municipal desalojaran el edificio”.
En punto de las 11 de la mañana, funcionarios públicos desalojaron el Palacio Municipal ante la alerta de bomba, guiados por elementos policiacos y de Protección Civil, en un tiempo de 2 minutos con 40 segundos.
Inmediatamente, las Policías Municipal, Estatal y Federal acordonaron los alrededores del edificio y cerraron la vialidad de las calles que rodean el centro histórico para mantener a salvo a los ciudadanos que se encontraban cerca.
Siguiendo con el protocolo, después de alejar a los civiles del peligro, una tropa de equipo táctico del ejército accedió al inmueble para identificar y neutralizar el artefacto, mientras tanto, paramédicos de la SSP auxiliaron a las personas en estado de shock.
El operativo tuvo una duración de 40 minutos, desde la llamada de alerta hasta dejar el lugar libre de cualquier amenaza.
Finalmente, las autoridades municipales informaron que todo este movimiento fue parte de un simulacro, para lograr que las y los vallisoletanos estén preparados ante cualquier futura amenaza.
Texto y foto: Edmundo Hernández
