Por Rodrigo Aguilar
Tras los vergonzosos acontecimientos en Buenos Aires que obligaron a la Conmebol a posponer dos veces la final de la Copa Libertadores de América, el torneo más importante a nivel de clubes en el continente, entre River Plate y Boca Juniors, ambos de Argentina, el mundo del fútbol se lamenta no poder disfrutar el esperado encuentro entre los dos acérrimos rivales que por primera vez se enfrentan en una final continental.
Justo en estas horas debe tomarse una resolución respecto a la sede del partido de vuelta que se jugaría el pasado sábado en el Monumental de River. Los aficionados esperamos que la decisión favorezca al espectáculo, que el partido pueda desarrollarse en las condiciones óptimas de seguridad. Una buena opción que comenzó a circular es que esta final se realice en otro país de la zona, como Chile o Brasil. Esta determinación, que sólo es una posibilidad, disminuiría riesgos y funcionaría como una fuerte llamada de atención para el fútbol argentino en su conjunto.
Específicamente en el caso de Argentina, a la FIFA le ha faltado la mano dura que otras veces ha aplicado. Los episodios de violencia hacia el equipo rival se presentan con frecuencia entre Boca y River, pero también cuando esos mismos clubes compiten en Copa Libertadores. Y no es culpa únicamente de un grupo de pseudoaficionados violentos sino de autoridades políticas, de seguridad y futbolísticas que han dejado crecer como bola de nieve este problema.
Y mientras en el torneo continental seguimos sin final y sin estadio, en la Liga Mx estamos sin pasto, concretamente el Estadio Azteca, sede de los dos mejores equipos del campeonato: Cruz Azul y América, que pelearán por el título. A unas horas de iniciar la Liguilla, los problemas con la cancha que orillaron a la NFL a suspender el Monday Night del pasado 19 de noviembre parecen no tener fin.
La buena noticia: a marchas forzadas y bajo la supervisión directa de Emilio Azcárraga Jean, trabajadores colocan de nuevo el pasto a la cancha del Azteca que, dicen que ahora sí, estará lista en unos días. La mala: eso mismo vienen señalando desde el pasado mes de julio.
