La banda celebrará sus 30 años el 29 de junio en el Palacio de los Deportes. “Antes le entrábamos al género que todos odian”, señalan.
HOY, MUCHA GENTE le hace el feo al reguetón, al urbano, al perreo o como le quieran llamar. La mayoría son fans del rock. ¿Alguna vez los fans de Fobia se dieron cuenta que la banda le entró levemente al género que todos odian sin razones concretas?
Iñaki Vázquez, tecladista y programador de la alineación, tiene miles de anécdotas que contar, pasajes y experimentos que se han realizado dentro del grupo ya en poco más de 30 años.
“Alguien me habló mal del reguetón. Me dijo que está a favor de la diversidad musical, pero que le molesta que sea un ritmo que venda discos, que sea popular y gane premios. A nosotros nos gustaba el reguetón”.
“Sucede que en canciones como Veneno vil y Mira Tete (Entre más fumo más te quiero) hicimos una especie de reguetón, algo latino, justo cuando apenas empezaba su auge en Panamá, Costa Rica y Puerto Rico, no era gran cosa, salvo El General. Ahorita ese sonido ya la rompió y es una lección para ver que no se debe odiar un género porque sí”, contó.
Las dos canciones vienen incluidas dentro del disco Amor chiquito, de 1995, producido por Gustavo Santaolalla, un genio de los ritmos latinos y cuyo nombre da más sentido a la aproximación de Fobia a ese género de la música latina.
Ahora con la reedición de la discografía de Fobia, en vinil, seguramente la gente podrá distinguir más el ritmo del que charló el también integrante de Gran Sur y Moderatto, quien pide un poco más de tolerancia a la gente.
La presentación de Pastel, así llamaron a la gira por su canción El Cumpleaños, de su primer disco homónimo y lanzado en 1990, será una de las pocas ocasiones que la gente tendrá para ver a Fobia en vivo, pues la banda tiene que cumplir con un ciclo. Y será el 29 de junio en el Palacio de los Deportes.
Uno que Iñaki explicó como el proceso que toda banda tiene que pasar para poder vanagloriarse dentro de los históricos del rock mexicano.
“Pasamos por separaciones y reencuentros, debido a que entramos a un ritmo que fue erróneo. Ahorita nosotros estamos en el segundo encuentro. Y sucede esto: Admiro mucho a Maná porque ellos hacen las cosas bien. Se agarran seis meses para girar a nivel mundial, se toman su tiempo para componer, grabar y hasta para hacer dieta.
“Después se van a descansar tres años o más. Y jamás se han separado. Ese es el camino que creo correcto. Ahora las bandas que están creciendo, seguro se pelearán o separarán, y volverán para celebrar sus 10, 15 o 20 años”, contó.
Iñaki dio como ejemplo de longevidad, dentro de la nueva generación, a Zoé con sus 20 años y a HelloSeahorse!
Texto y fotos: Agencias