Sin nosotras, no

Por Carol Santana

Existe una creencia popular de que las feministas arruinan las cosas. Que vamos por la vida buscándole el patriarcado a todo.

Incluso cuando estrenamos uno de los gabinetes más progresivos y equitativos en la historia de México, el que no hayan incluído mujeres en la imagen de nuestro nuevo gobierno nos hace olvidar todo lo bueno que viene.

Y es que nos han enseñado a romantizar e invisibilizar el trabajo de las mujeres, a llamarnos locas y exageradas cuando señalamos algo que atenta contra nuestra existencia.

Nos han enseñado a que debemos agradecer cuando alguien es decente con nosotras, ya sea al no violarnos o al tomarnos en cuenta en las decisiones del país, aún cuando formemos la mayor parte de él.

Nos dicen que existen peores cosas que la violencia de género. Sobre todo en México donde todos sufrimos violencia y no hay lugar para únicas y diferentes que quieren estar a la moda y llamar la atención.

Pero las feministas no queremos arruinar las cosas, queremos arreglarlas. Y lamentablemente no podemos esperar a que la cuarta transformación llegue sola porque sabemos que no es sólo cuestión del gobierno. Sabemos que la lucha no sólo está en las calles sino también dentro de nuestras casas y cabezas. Y que la verdadera esperanza de México son las niñas que luchan por ir a la escuela, o que alzan su voz en contra de ellas y el acoso -ustedes saben quiénes UAG y UASLP son-.

Sabemos que son las trabajadoras domésticas que luchan para obtener sus derechos laborales. Las Anas Baquedano que crean iniciativas para destruir la violencia sexual en el Internet. Y las Elvias Carrillo Puerto que van cambiando al país todos los días sin que nos demos cuenta de ello.

Existe este mito de que el patriarcado es un pretexto gigante que solemos usar para justificar nuestro papel de víctimas, y es triste que no sea así. El mundo sería mejor si el patriarcado fuera una broma pues nos concentraríamos en memes y no en manternos con vida o buscar a nuestras hermanas, mamás e hijas desaparecidas.

Hay muchas cosas que esperamos de nuestro nuevo gobierno. No se trata de empezar desde cero, queremos que se reconozca la desigualdad que poquito a poquito nos ha convertido en un México con 9 muertas diarias.

Tenemos que cambiar, como dijo el Capitán Kirk una vez, “o seguiremos peleando las mismas batallas”. Y si no empezamos por lo que parece pequeño, seguiremos construyendo un país muy “progresista” usando el sufrimiento y el trabajo sin crédito de más mujeres.

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