Por Roberto Ojeda*
rojeda07@hotmail.com
* Católico, esposo y padre de 4 hermosas hijas. En sus ratos libres, reportero.
Estamos llegando a la mitad de las campañas electorales y entramos a un escenario en el que los errores o los aciertos en comunicación toman vital importancia y cualquier detalle puede significar la victoria o la derrota.
En ese sentido, el gran perdedor de los últimos días ha sido, sin duda alguna, Andrés Manuel López Obrador, quien ha cometido algunos errores ocasionados por su ya conocido carácter, ése que le hizo tanto daño en los últimos dos procesos y que a pesar de tratar de mantenerlo a raya lo ha vuelto a traicionar.
Su pleito con el sector empresarial lo terminó de colocar en la mira de los grandes capitales y les recordó algo que parecían haber olvidado: perro viejo no aprende trucos nuevos.
Creían que AMLO había madurado y aprendido de las experiencias del pasado; que había moderado sus posturas y no era tan radical como antes pero se equivocaron y el encargado de demostrárselos fue el mismo candidato de Morena.
El culpar a la iniciativa privada de los males del país fue un error de discurso fatal; se dio cuenta días después y trató de remediarlo con su famoso pañuelo blanco, pero el daño ya estaba hecho.
Ha perdido el poco crédito que le quedaba ante el sector empresarial y ahora tendrá que sufrir las consecuencias que se vendrán en lo que resta de la campaña, porque no se extrañe que la iniciativa privada tome acciones más fuertes para hacerle sentir al electorado que no quieren a Morena.
Ya vimos a dos empresarios yucatecos, de los más importantes, pedir el voto para José Antonio Meade; eso podría repetirse en otros estados y, conforme se acerque la confrontación, el llamado podría ser al voto útil para el candidato que se encuentre en segundo sitio.
Y la cereza del pastel: los seguidores de AMLO en redes sociales, aquellos que lo han hecho sentirse fuerte, tuvieron el desatino de mostrar su cara más intolerante en contra de Eugenio Derbez, el comediante más mediático del país y aquel que ha hecho reír al pueblo mexicano durante dos décadas, ese pueblo al que hoy quiere convencer de votar por él, otro grave error…
