Soy paciente con mi pareja

RENÉ EMIR BUENFIL VIERA
psicrenebuenfil@gmail.com

Nuestra cultura ve con buenos ojos la paciencia, como una virtud deseable cuando no la tenemos y la admiramos con facilidad en otras personas, y les decimos “que paciente eres con tu marido,” “tienes una paciencia de santo con tu esposa.” Aquí algunas reflexiones:

¿Qué es la paciencia? Una definición es aguantar lo malo de alguien, decir: “esto me choca de ti, pero respiro y controlo mi enojo para no demostrarlo.” En el caso de la vida en pareja es tolerar los errores, defectos y malos hábitos, te quiero a pesar de que seas así. Ni modos, me toca sobrellevarlo o justificarlo con ideas como que nadie es perfecto(a).

¿Qué es el entendimiento? Cuando sabemos quién es nuestra pareja, su historia de vida, de dónde viene, porqué es así, su personalidad y carácter, cuando conocemos el contexto y las circunstancias que moldearon a la persona comprendemos mejor su manera de ser, sus reacciones u opiniones pues sabemos que “cada quien habla como le va en la feria.”

Paciencia versus entendimiento. ¿Qué es más útil para la pareja? En algún momento tendremos que ser pacientes, pero con comunicación, honestidad y confianza llegaremos a conocer lo suficiente a nuestra pareja como para que el entendimiento sea mayor y la paciencia un último recurso. Además que nunca terminamos de conocer a nuestra pareja, nunca terminamos de entenderlo; es un proceso donde el cambio es constante y a veces ni nos damos cuenta y nos queremos seguir relacionando con la persona por quien era 5 años atrás, y ya no lo es en muchos sentidos.

Entender en pareja antes que tenernos paciencia nos ayuda a no tomarnos las cosas personales, sobre todo cuando estamos tan enojados que creemos que lo hacen a propósito para fastidiarnos cuando no es así. También nos motiva a dejar de estar a la defensiva, pensar lo peor y considerar otras posibles explicaciones a lo dicho, hecho o dejado de hacer. Esto nos hace tener en cuenta la dimensión humana de la persona, su derecho a cometer errores, la libertad de ser quien es y nos aleja del sospechosismo, siendo más realistas.

Para entender más y mejor a nuestra pareja necesitamos inteligencia emocional para identificar lo que sentimos y poder manejarlo sin relacionarnos más con la idea que tenemos en la cabeza de la otra persona que con quien tenemos enfrente, y al mismo tiempo reconocer lo que la otra persona sienta sin juzgarla, ni menospreciar sus sentimientos o usarlos en su contra, es un deseo de conexión, la disposición de escuchar y ser un equipo.

Quizá si estoy siendo demasiado paciente, no estoy entendiendo lo suficiente, no estoy dando el privilegio de la duda, tengo los guantes de box puestos y estoy listo(a) para los trancazos. Si ya estás hasta el gorro, habla de tu hartazgo, seguro la otra persona se siente igual pero sus egos heridos les impiden comunicarse abiertamente. Si la paciencia implica no hablar de lo que te molesta, hablando se entiende la gente, es preferible perder la paciencia de vez en cuando.

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