Spider-Man: Into the Spider-verse

Por Marcial Méndez

Fuera de los churros protagonizados por Andrew Garfield, Spider-Man tiene un muy buen historial en la gran pantalla: Homecoming es una de las mejores películas del MCU, las primeras dos entregas de la saga dirigida por Sam Raimi son exponentes clásicos de lo mejor que el cine superheroico tiene para ofrecer y la tercera, con todas sus fallas, sigue siendo un filme memorable y entretenido. La más reciente producción de Sony Pictures Animation, Spider-Man: Into the Spider-Verse, continúa la tradición de buenas películas del arácnido con una de las mejores cintas animadas que he visto.

A diferencia de otros filmes del medio, Into the Spider-Verse sí que le saca jugo a toda la gama de posibilidades que ofrecen los dibujos animados. La película tiene una estética única y extremadamente trabajada cuya ejecución pone en vergüenza a prácticamente todas las producciones animadas que llegan a cines. Su calidad técnica es asombrosa pero su mérito va más allá de lo superficial: en Spider-Verse el potencial narrativo de la animación es aprovechado al máximo. Lo anterior, en conjunto con el uso de viñetas y otros elementos del mundo del cómic hacen al filme una joya del storytelling visual.

Su trama y personajes tampoco están nada mal. Aunque hay algunas caracterizaciones que dejan un tanto que desear (la tía May), la historia está muy bien llevada a pesar de su considerable complejidad, el drama es efectivo y sus temáticas reciben buen manejo.

Si aún no has visto Spider-Verse, ¿qué estás esperando?

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