Sudamérica observa un eclipse solar por segundo año seguido

El evento astronómico, en el cual la Luna oculta al Sol visto de la Tierra, no volverá a ocurrir en la región hasta dentro de 28 años

La Luna nueva pasó por la cara del Sol y lo cubrió completamente durante poco más de dos minutos, en un baile astronómico que se pudo ver parcialmente en varios países de América del Sur y otras regiones del mundo, y que en puntos de Chile y Argentina se pudo apreciar en su totalidad.

Esta alineación exacta de los tres cuerpos en el espacio, que conjugan en un mismo punto, comenzó a las 11:45 en el océano Pacífico y terminó cuando la Luna descubrió totalmente al Sol, alrededor de las 14:45 horas en el océano Atlántico a 200 kilómetros de la costa de Sudáfrica. Pero el gran momento en el que se lo pudo ver en forma total, con la posibilidad única de observar la corona solar en su esplendor, fue a partir de las 13.

Quienes estuvieron en gran parte de la Patagonia de Argentina y Chile tuvieron una platea preferencial para observarlo. En la franja donde se produjo la totalidad del eclipse, que tuvo un ancho de aproximadamente 90 kilómetros, el día se volvió noche. Así, durante unos pocos minutos, la Luna cubrió por completo al Sol. La duración máxima de la totalidad fue de 2 minutos y 10 segundos, pero el tiempo total de las fases del espectáculo espacial es de unas tres horas.

Según la NASA, la totalidad del eclipse comenzaría en Saavedra, Chile, a la 13 hora argentina. A las 13:08 se lo observó en el límite entre las provincias de Neuquén y Río Negro, a las 13:14 en el centro de Río Negro, a las 13:18 en Las Grutas, y a las 13:22 en La Lobería. El eclipse total terminó en Salina del Eje, Argentina, a las 13:25. Fuera de este camino, fue visible como parcial en gran parte de América del Sur. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se lo pudo observar a las 13:32 con un máximo de oscuridad de un 73,6%.

Para que este fenómeno astronómico, que ocurre cada 18 meses en alguna parte del mundo (en 2022 ocurrirá en la Antártida), pueda ser visto nuevamente en los países de la región, habrá que esperar hasta 2048. Y para que ocurra exactamente en el mismo lugar, tienen que pasar 400 años.

Tal como ocurrió el 2 de julio de 2019, los dos únicos países en todo el mundo donde el mayor espectáculo astronómico se desarrolló fueron Argentina y Chile, para admiración de miles de personas que lo pudieron observar cómodamente desde sus casas, escuelas, trabajos, observatorios y centros educativos, así como cientos de extranjeros de todo el mundo que llegaron al sur del continente para ser protagonistas de este histórico fenómeno astral.

Una de las curiosidades que presentan los eclipses solares totales es que, según afirman los científicos, no serán por siempre. Debido a que la Luna se aleja todos los años 3.8 centímetros de la Tierra, dentro de un milenio la circunferencia lunar no llegará a tapar por completo el disco del Sol, por lo que en la Tierra no se podrán observar más los espectaculares eclipses solares totales.

Protección para la vista

Nunca hay que observar un eclipse sin elementos de protección adecuados porque puede ser perjudicial para la vista. Salvo en los breves instantes que dura la totalidad (cuando el Sol está 100% cubierto por la Luna), donde podemos observar a simple vista sin peligro, los oftalmólogos advierten que nunca hay que mirar el eclipse en ningún grado de su parcialidad sin anteojos con filtros especiales (se consiguen en comercios del rubro astronómico o vía Internet), ya que causan un daño irreparable en la retina ocular.

Observar un eclipse solar es una experiencia inolvidable, pero mirar directamente al Sol puede producir un grave daño a los ojos. Aun por un corto período de tiempo, sin tener la protección correcta, puede dañar la retina de forma permanente. Inclusive puede causar pérdida total de la visión, conocida como retinopatía solar: el daño en la retina del ojo que resulta de la exposición por observar eclipses solares sin las precauciones adecuadas.

“La afectación no distingue sexo ni edad. Se pueden causar quemaduras en la retina, tejido en el que se procesan las imágenes y luego se transmiten al cerebro. Estas lesiones pueden ser de leves a severas y hasta se pueden generar cuadros de ceguera permanente. Por estas razones, a la hora de observar un eclipse se deben respetar estrictamente las pautas de prevención que indica la Sociedad Astronómica Americana y que publica la Academia Americana de Oftalmología”, explica la doctora Laura Taverna, oftalmóloga de Ineba.

Texto y foto: Agencias

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