Suerte en un mal pago

Por Santiago Pell

Como he dicho en columnas anteriores, el póquer es un deporte en el que para ganar dependes de la suerte que se obtenga de vez en cuando. Sin embargo, las victorias se sujetan en mayor medida por la estrategia que se manejen con las cartas, apuestas y la destreza como farol.

Incluso siendo una realidad que teniendo calidad de juego, la probabilidad de ganar es mayor; es innegable que la suerte en ocasiones te salva el pescuezo. Hoy les traigo una historia verídica que avala lo dicho, un relato de una de las manos más importantes e increíbles que se han vivido en este deporte mental.

Para eso tenemos que remontarnos al 2010. Un joven estadunidense llamado Matt Affleck se graduaba en finanzas de la Universidad de Washington. Se vivía el punto más álgido de la crisis económica y Matt soñaba en convertirse campeón mundial de Texas Hold ’em.

Dicho y hecho, ese año el joven de 23 años entró al Main Event de la WSOP (World Series of Poker) de Las Vegas y gracias a la buena racha que tuvo durante el torneo, se encontraba entre los últimos 15 jugadores. Los cuales, harían todo lo que estuviese en sus manos para llegar a la final table.

En ese momento, él y Jonathan Duhamel eran los líderes en fichas del certamen y ambos chocaron en un pozo de 41millones. El flop (primeras tres cartas) eran 10 de diamantes, 9 de tréboles y 7 de corazones. Ambos jugadores tuvieron par de mano, Affleck AA y Duhamel JJ.

No había preocupación. “No hay flush draw – punto a color o flor – en el flop, hay posibles escaleras, pero no tenía miedo de las manos frente a mí”, explicó Affleck para PokerCentral. No obstante, para el turn (cuarta carta), llega una peligrosa Q de diamantes. “Jonathan pasa y estoy seguro de que tengo la mejor mano. Sin embargo, cuando digo ‘all in’ espero que no diga call (pago). Él no dice nada durante 6 minutos, el tiempo se expande, luego paga”.

Affleck explica que durante la mano no sintió tensión ni miedo. Dice que los mejores jugadores de póquer del mundo no consideran sus fichas como dinero, sino como soldados de juguete para colocar en el campo de batalla; es un juego de decisiones estratégicas.

Habiendo apostado todo, a Matt sólo le queda esperar el river (última carta). “Pensé que Duhamel tenía KK. La eliminación no era una posibilidad en mi mente. El año anterior había llegado lejos y me pareció que era una especie de redención para mí, finalmente podría ganar este torneo y cambiar mi vida”. Incluso quedando 15 jugadores, quien se llevase ese pot sería el posible ganador de la WSOP 2010. Finalmente, apareció un 8 en el river que le daba a Duhamel lo necesario para ganar y con ello, cimentar el comienzo de una famosa carrera profesional. Affleck, por el contrario, permaneció paralizado unos segundos. Su sueño había acabado. “Quedé en estado de shock, no podía creer la grandeza del bote que habíamos apostado. Acababa de jugar por una cantidad mayor de dinero de la que podría haber ganado el resto de mi vida”, declaró.

En mi opinión, Duhamel hizo un pésimo call. Sus jotos no eran suficientes contra unas posibles quinas, reyes o ases de mano. Pagar el all in de Affleck y perder, representaría dejar ir casi todas sus fichas. Además, tenía sólo el 21% de probabilidad de que saliera la carta necesaria. El riesgo fue enorme, pero como dije al principio de esta historia, hay ocasiones donde la suerte corre de tu lado.

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