Tabernak: Las delirantes acrobacias a ritmo de rock

Egresados de la Escuela Nacional de Circo de Quebec brindan gran espectáculo en el que combinaron diversas disciplinas, como patinaje artístico y evoluciones de altura, acompañados de música en vivo

 

Una noche de espectaculares acrobacias se vivió en el escenario del Teatro José Peón Contreras, que en el marco del Mérida Fest recibió a los integrantes de la compañía Cirque Alfonse que con gran éxito presentaron su espectáculo Tabarnak (Tabernáculo), que incluyó música en vivo.

Durante más de una hora, los egresados de la Escuela Nacional de Circo de Quebec, entre ellos, dos mujeres, dieron muestra de su versatilidad para hacer lo mismo patinaje artístico que complicadas evoluciones en las alturas, en medio de una escenografía que remontó a los presentes al interior de una iglesia en la que inclusive el clásico sonido del órgano tubular se dejó escuchar primero solemnemente y luego mezclado con acordes de rock que prendieron el ambiente.

El espectáculo estaba programado para iniciar a las ocho, y desde mucho antes, los artistas estaban ya sobre el escenario unos platicando, otros tejiendo e inclusive una mujer cuidando de su pequeño bebé que al final tuvo una participación especial en el show.

Los aplausos del respetable se dejaron escuchar con la intención de que iniciara el tan esperado espectáculo, mientras que los artistas parecían no inmutarse, al grado que con toda tranquilidad uno de los integrantes del circo sacó un palo de hockey con el que intentaba meter a la distancia unos sacos de tela en un tablero.

Logró meter uno y recibió el aplauso, falló dos tiros y recibió las burlas de los presentes, que de este modo y sin pensarlo, ya estaban inmersos en las actividades de estos canadienses que los hicieron aplaudir con el ritmo que improvisaron aporreando los pies en el piso o con las palmas.

Y después de romper el hielo, comenzó la música en vivo para acompañar los actos que realizaron los acróbatas apoyados en las bancas que, se supone, eran parte de la ambientación de un recinto religioso en el que lució un colorido ventanal tipo gótico, que acentuaba más la idea de estar al interior de una capilla.

A lo largo del espectáculo, los músicos hicieron una parodia de lo que ocurre en una ceremonia, con un sacerdote, pastor, o predicador que utilizando la misma entonación que en un ritual leía en realidad el horóscopo.

El momento de comicidad, llegó cuando los artistas destaparon un enorme contenedor de agua con la que simularon algo parecido a un bautismo que terminó en una vistosa rutina de malabares en la que los objetos circulares que semejaban los incensarios que utilizan los sacerdotes, atados a unas cuerdas volaban por todas las direcciones apenas derramando unas cuantas gotas del vital líquido que contenían.

Cobijados por los aplausos del público que la noche del viernes abarrotó el Peón Contreras, los integrantes del Cirque Alfonse realizaron vistosas acrobacias sobre enormes maderos que uno de los elementos sostenía sobre uno de sus hombros.

El fin de fiesta llegó cuando apoyados en un balancín los artistas que cantaron en vivo en diversos momentos del show, volaron por los aires para caer una y otra vez en un grueso colchón, mientras que el público festejaba con sus aplausos los rápidos y delirantes movimientos a ritmo de rock, hasta que finalmente cesó la música y se apagaron las luces del escenario.

Los aplausos no cesaron y los artistas fueron obligados por el público a regresar a agradecer ese reconocimiento tan especial del público yucateco, que disfrutó al máximo de este espectáculo que se ofrecerá por tercera y última ocasión este domingo.

Texto: Manuel Pool
Foto: Saraí Suárez

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