Taquería El Negro: Deliciosos platillos con sabor a hogar

Una comida exquisita, acompañada de un trato amable y familiar por parte de su propietario son la clave para que taquería “El Negro”, este cumpliendo 28 años de existencia. A tantos años de distancia, clientes que disfrutaron del sabor de la comida de Don Buenaventura Cohuo Chin, cuando laboraba para “El Cangrejito”, lo siguieron cuando decidió independizarse, y es de llamar la atención como el personal saluda por su nombre a los clientes, que llegan con sus familias completas para disfrutar de los exquisitos platillos que se ofrecen en el lugar, donde se destacan los tacos de mariscos, como el caracol blanco, el camarón a la vinagreta o empanizado, la cherna en mayonesa, y que decir del chicharrón con huevo, una de las recetas exclusivas de la casa, y que junto con los chiles x´catic rellenos de cazón, son algo sencillamente espectacular.

“Yo nací en Xocchel, y desde la infancia me llamaban El Negro, y así me conocen desde que llegué a Mérida hace más de 45 años, tenía 14 años cuando comencé a trabajar con un tío que se dedicaba a la venta de tacos de marisco, él trabajaba con una persona a la que le decían ´Don Tax´, que en ese entonces tenía su puesto en los bajos del Olimpo, donde había un bar que se llamaba ´El Siboney´”, recordó Don Buenaventura.

Acerca del Cangrejito, en el que laboró hace 35 años, recordó que se encontraba en la calle 62, a un costado de la también desparecida Casa Pasos Peña, que vendía colchones y línea blanca. En su local que se ubica en la calle 64 entre 61 y 59, El Negro ofrece no solamente mariscos, sino que en la vitrina que a diario llena con más de una docena de guisos diferentes, no puede faltar un enorme pavo en relleno negro rodeado de huevos sancochados, listo para servirse en tacos, tortas o salbutes, además del pavo en escabeche, queso relleno, carne asada y el chicharrón con huevo que es una combinación de la cascara y el castakán con el huevo.

“Hace más de 40 años hasta venado teníamos en el menú”, recordó el entrevistado, quien conserva la misma calidad en lo que vende como si se tratara de esa época, ya que considera es un compromiso que tiene con su clientela.

“Tengo muchos clientes muy antiguos, algunos ya hasta se murieron, pero sus hijos y hasta sus nietos siguen viniendo y así continua esta tradición, así es que no solo se trata de amontonar el camarón, el caso es guisar el taco, hay que ponerle lo que debe llevar, su aceite verde que tiene un aroma muy agradable o su aceite de oliva, su ensalada para que la gente siga viniendo, entonces no puedo bajar la calidad”, añadió.

El trabajo de este maestro del arte culinario, inicia todos los días desde las cinco de la mañana, cuando pasa al mercado a abastecerse de los productos que se guisarán a lo largo del día, labor en la que antes le ayudaba su esposa, que ahora, al haber bajado un poco la venta, la realiza con ayuda de Manuel May, quien desde hace muchos años le acompaña en esta labor, en la que también apoya un joven llamado Eleacin Lugo que se encarga de preparar combinaciones de jugos elaborados con fruta de la época como la carambola que mezclada con piña es de las más solicitadas al igual que el jugo de naranja y por supuesto los refrescos embotellados.

Y ahora que recién concluyeron los festejos decembrinos, don Buenaventura agregó que tuvo muchos perdidos de Bacalao a la Vizcaína para las cenas, que continúa ofreciendo, por lo que si usted no ha tenido la fortuna de probarlo aún está a tiempo de disfrutarlo en un sabroso taquito, que a precios muy accesibles ofrece el famoso Negro, que durante años era el encargado de la comida que se repartía en la firma de los contratos de boxeadores que participarían en las funciones que organizaba en el Carta Clara y luego en el Poliforum, don William Abraham.

Por último, don Buenaventura recordó que hace dos años, llegaron a entrevistarlo, y cuál sería su sorpresa de que el reportaje, se publicó en la revista de una aerolínea.

“Un año estuvo circulando en los aviones, y cuando los viajeros que la leyeron vienen a Mérida, nos buscan para comer con nosotros, entonces esa es una de mis más grandes satisfacciones”, finalizó.

Texto: Manuel Pool Moguel

Foto: Cortesía

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