Taquería Miguelito: Para darle gusto a tu antojo

En la calle 57 por 34 y 36 de la Colonia Chuminopolis se encuentra la taquería “Miguelito”, donde noche a noche se ofrecen los mejores tacos de carnitas estilo México del rumbo.

Es de llamar la atención como desde temprano gente de todas las edades se arremolina a las puertas del local esperando junto a la vidriera que le surtan sus pedidos para llevar o esperando a que se desocupe una mesa para disfrutar en el lugar de sus taquitos, tortas y tostadas de maciza, lengua, costilla nana, cuerito o buche.

La fama de Miguelito comenzó desde 1970, cuando era el taquero de un pequeño puesto de madera ubicado frente al Parque Carta Clara, donde al término de cada partido de los Leones los aficionados terminaban cenando sus tacos antes de retornar a casita.

En amena platica con Punto Medio, don Miguel Baas Tec recordó que desde muy joven comenzó a trabajar con un taquero originario de Veracruz con quien aprendió solo viendo.

“Después de ser ayudante, taquero, encargado y todos los demás puestos me pregunté que se sentiría ser dueño y decidí probar, así en 1990 pedí un préstamo y rente una casa aquí a lado, así comenzamos con dos mesitas y una vidriera”, rememoró.

“Diosito déjame trabajar para que mis hijos coman, esa era mi súplica diaria, cuando mis hijos eran unos bebés, hoy están trabajando aquí conmigo”, dice orgulloso el originario de Tahmek.

Hasta hoy confiesa que no se acostumbra a la fama.

“Duele mucho la fama, a mi no me gusta decir que soy el dueño, pero por otra parte los que me conocen desde hace mucho tiempo me saludan en la calle o donde quiera que vaya y no ha faltado quien me ayuda inclusive en algún trámite o en algún momento difícil, y eso es muy bonito”, dice.

Y mientras saboreamos unos ricos y calientitos tacos de maciza y de surtido, Miguelito platicó que a lo largo de estos ya 29 años de haberse independizado las cosas no han sido siempre de color de rosa, a pesar de que ya era muy conocido desde el Carta Clara.

“Cuando escucho que alguien va a poner un negocio le pido a Dios que le ayude porque en los primeros años se sufre bastante, en mi caso, yo vi ganancias hasta el tercer año y mientras tanto algo muy valioso que aprendí fue a ahorrar, lo que logre dejando de tomar, de fumar, de salir a pasear, así logré comprar este local donde buscamos que la clientela esté cómoda y a gusto”, comentó este hombre, ejemplo de sencillez y de pasión por su trabajo y que se siente contento de atender lo mismo a un abogado o doctor que a un albañil, un mecánico o carpintero.

“Me gusta mucho mi trabajo, si volviera a nacer, taquero volvería a ser”, concluyó.

Texto: Manuel Pool Moguel
Fotos: Luis Payán

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