Taxistas delincuentes niegan entrada a UBER

Columnista invitada: Niza Puerto

El Instituto de Movilidad de Quintana Roo anunció que realizará una serie de acciones de investigación en contra de taxistas bandidos y delincuentes, que pondrá a disposición de las autoridades a aquellos que se dedican a asaltar, a manosear a pasajeras y hasta a los que están coludidos con la compra-venta de enervantes.

Y claro está que en estas acciones deben cooperar no solo las fiscalías y las corporaciones policiales, sino también los sindicatos y la gente que se ha visto afectada por estos atropellos de los trabajadores del volante.

Bien por estos trabajos. Sin embargo, me pregunto: ¿No fue por esta razón por la que rechazaron la entrada de Uber? ¿No el pretexto para cerrar las puertas a la aplicación fue porque no existía un padrón confiable, que garantizara la seguridad del pasajero?

Entonces lo que está ocurriendo en Cancún es que tenemos taxistas delincuentes, trepados en unidades viejas y sucias, y además sangrones que no suben a la gente que no va por su ruta y que no salen cuando llueve.

Es evidente que el servicio de taxis en el principal destino turístico del país no está a la altura de lo que la ciudad requiere y aún así, el gobierno se da el lujo de negar la entrada a empresas como Uber que, éstas sí garantizan un servicio digno y decoroso.

Pero vale más el voto a la hora de las elecciones, puede más la forma en que los martillos inciden en la conciencia del elector, se inclinan por beneficiar a aquellos que se prestan a vicios en plenos comicios, acarreando gente, sin ningún escrúpulo.

Eso es lo que favorece a los taxistas, a los que poco o nada les preocupa la imagen de este polo turístico.

Cierto, es una buena decisión meter en cintura a los taxistas que delinquen; pero si está visto que estos trabajadores continuamente son denunciados por actos ilícitos, pues entonces que den la oportunidad a la gente de buscar otra opción, otra que al menos le brinde confianza y con la que se sienta bien atendido.

En octubre del año pasado, el Sindicato de Taxistas “Andrés Quintana Roo” dio de baja a 40 choferes por presuntamente haber participado en actividades ilícitas. Quizá el número sea frío, pero lo cierto es que en esta ciudad habían, por lo menos, 40 sujetos peligrosos a bordo de taxis, llevando y trayendo a amas de casa, a estudiantes, a trabajadores, a gente común que jamás piensa en el grave riesgo que corre.

Han sido ya muchos años con este problema y es momento de terminar con ese monopolio, no solo de Cancún, sino de todos los municipios del estado.
Urge un servicio de calidad en Cancún y la gente así lo demanda.

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