Tres coincidencias

Puede que haya más coincidencias de las que pensamos entre, los ahora sí, candidatos a la Presidencia de la República.

Andrés Manuel es el que más tiempo lleva en esto, me refiero a la política, no a ser candidato presidencial. Antes había defendido pozos petroleros en Tabasco con su partido de origen, el PRI, y después fue de los fundadores del PRD. Ahora tiene su luz propia en Morena. Ha transitado por al menos tres diferentes fuerzas políticas.

Pepe Meade Kuribreña ha sido secretario de Estado en dos sexenios de filiación política distinta. Primero con el PAN y ahora con el PRI. Nueva Alianza lo abanderó como su candidato en la contienda electoral, lo cual lo hace transitar por al menos tres diferentes fuerzas políticas.

En el caso de Anaya, quien asumió la dirección del PAN y después su candidatura a la presidencia, logró el apoyo del PRD y el Movimiento Ciudadano, con lo cual conjura al menos tres diferentes fuerzas políticas.

Los tres han hecho del conocimiento público que, de llegar a la presidencia, retomarán los conductos adecuados para regularizar la relación con Estados Unidos, particularmente por quien ocupa ahora la presidencia, el millonario anaranjado: Trump.

Hay otra cosa más en la mente de estos tres candidatos que les quita el sueño y se convierte, según cada uno, en el eje de sus propuestas de campaña: el combate a la corrupción.

Anaya ha mencionado en sus últimos discursos que se puede erradicar mediante el uso de tecnología. La solución está centrada en la distribución y uso de las tecnologías de la información, con lo cual, es una cuestión de voluntad y de infraestructura. Es la lectura de la objetividad y neutralidad de los instrumentos.

En el caso de López Obrador, es algo más críptico de comprender. En sendas entrevistas ha dicho que en el momento en el cual llegue a la presidencia se acabará ese flagelo, aunque no explica cómo. Su plan para acabar con la corrupción, detalla, será que llegue alguien honesto (habla de sí mismo) a la presidencia y ponga el ejemplo a los demás. Es una propuesta que como él afirma, raya en la locura.

Para Meade, quien arenga en sus eventos que es el “mero mero” que llegará a la grande, sermonea a su grey diciendo que no les fallará como otros candidatos que cometieron ese grave error, como el caso de Duarte en Veracruz. Se trata de unas cuantas manzanas podridas que ya han sido extirpadas. Unos verdaderos genios en su partido.

La sociedad en su conjunto, sin necesidad de realizar sondeos, sin el presupuesto de los partidos, sin su infraestructura, sin sus genios de marketing político, ya sabe que de eso se trata. La cuestión es que de la corrupción no se salva ningún partido, a juzgar por las noticias.

 

Por Carlos Hornelas

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