Una dinastía viva

Por Gabriel Ortiz

Sin duda, entre lo más emocionante de este fin de semana pasado en materia deportiva, podemos resaltar las finales de conferencia de la NFL. No me acusen de fanático, me encanta el fútbol soccer y el boxeo, pero la calidad de espectáculo que actualmente ofrece la NFL no tiene comparación. Ya en el papel se reconocía lo atractivo de los duelos en ambas conferencias, en las que se enfrentaron el primero y segundo lugar respectivamente. Pero por si fuera poco, una serie de factores aderezaban las expectativas sobre ambos encuentros: la veteranía contra la juventud, el legado ante la historia, la leyenda y la promesa. En fin, que la cartelera estaba para sacar chispas y no quedó a deber.

Quienes seguimos los encuentros, el pasado fin de semana fuimos testigos de dos encuentros dignos de finales de conferencia. Por una parte, los Santos de New Orleans se quedaron en el camino y quizás lo más doloroso es el hecho de que el futuro salón de la fama Drew Brees, no pudo coronar con el campeonato su excelente actuación durante la temporada regular; sin embargo, el otro posible MVP también vio cortado su avance al no salir airoso del gran reto que tenía en frente: la dinastía de los Patriotas comandada por Belichick y Brady, quienes acumulan ya una impresionante experiencia y títulos de conferencia. El superbowl ya tiene invitados: el consistente equipo de los Rams de los Ángeles se medirá ante el equipo de la década, aquel que por tercera ocasión consecutiva disputará un supertazón, una dinastía más viva que nunca.

 

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